Secretaría Distrital de Integración Social

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Seguimiento integral, clave en Ruta de Atención a la Primera Infancia

 
A través de encuentros entre funcionarios de distintas entidades del Distrito realizan atención a la primera infancia se definen acciones puntuales para lograr un seguimiento integral a cada niño menor de 5 años en Bogotá, dentro de la Ruta de Atención a la Primera Infancia.
 
Estas acciones permitirán en el mes de noviembre llegar a todas las localidades y territorios de la ciudad para atender integralmente a la Primera Infancia, garantizando el bienestar, cumplimiento de derechos y felicidad de los niños de Bogotá a través de entidades como Secretaría de Educación, Cultura, Recreación y Deporte, Integración Social y Salud y sus entidades adscritas.
 
La Ruta de Atención Integral a la Primera Infancia es la hoja de ruta que permite garantizar a 253 mil niños y niñas de 0 a 5 años para que reciban cada una de las 28 atenciones integrales establecidas en la Ruta.
 
De igual manera, entidades como el ICBF y la estrategia de Cero a Siempre del Gobierno Nacional participarán de forma activa y coordinada en la definición de estas actividades y acciones para la primera infancia.

 

 
 
 
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Niños de los jardines ‘San Blas Alejandrino’ y ‘Castillo San Lucas’ serán reubicados

 
Con el fin de garantizar la atención con calidad y calidez de los niñas y niños que asisten al jardín infantil ‘San Blas Alejandrino’ y ‘Castillo San Lucas’,  ubicados en San Cristóbal, la Secretaría Distrital de Integración Social informó que los reubicará.
 
Las niños y niñas serán trasladados a jardines  ‘Bello Horizonte’ y ‘José Marti’ de la misma localidad para continuar prestando los servicios integrales a la primera infancia que lidera la SDIS. 
 
Los jardines ‘San Blas Alejandrino’ y ‘Castillo San Lucas’ funcionarán hasta el próximo viernes. De acuerdo con un informe técnico expedido por funcionarios de la entidad los mismos no continuarán prestando sus servicios debido a que no cumplen con las normas de seguridad establecidas.
 
La Subdirección Local adelantará con los padres de familias una mesas de trabajo donde se socializarán las razones de las reubicaciones y se les informará los nuevos jardines donde serán trasladados los menores de edad. 
 
Para la Secretaría de Integración Social la atención con calidad y calidez es una prioridad, por lo que se garantizará que los niños y niñas reciban atención integral en espacios adecuados para tal fin donde se les permita un desarrollo adecuado. 
 
En las siguientes imágenes se aprecian los resultados de la visita técnica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Bogotá atenderá más de cinco mil niños y adolescentes en riesgo de explotación sexual

 
• Idipron atenderá 900 niños y jóvenes durante el cuatrienio.
• 12 niños y jóvenes han sido rescatados de la explotación sexual en El Bronx.
• Durante 2014, se registraron 775 casos de restablecimiento de derechos a niños, niñas y adolescentes en el ICBF.
 
La Secretaría de Integración Social tiene como meta durante este cuatrienio trabajar en la prevención de explotación sexual y comercial, consumo de sustancias psicoactivas y en conflicto con la Ley de 4.500 niños, niñas y adolescentes en riesgo.
 
De igual manera, el Instituto Distrital para la Protección  de la Niñez y la Juventud, Idipron, brindará atención a 900 niños y jóvenes víctimas de explotación sexual y con medida de restablecimiento de derechos, el doble que en la administración anterior, donde se atendieron 587.
  
La meta contempla realizar estrategias de prevención que permita abordar cada uno de los casos en donde los niños estén en riesgo de explotación sexual identificados en todas las localidades de la ciudad para que puedan alejarse de las situaciones de explotación sexual, fortaleciendo los factores protectores de los propios niños, niñas y adolescentes.
  
Tan sólo tras el operativo realizado en la Calle del Bronx, el Idipron logró rescatar 12 niños y niñas víctimas de explotación sexual que actualmente están siendo atendidos en los centros de protección integral de la entidad.
 
Por su parte las Comisarias de Familia han atendido en lo corrido de 2016 un total de 54 casos de delito sexual contra niños, niñas y jóvenes de 0 a 17 años de edad y durante 2015 se presentaron 219 atenciones. 
 
Este jueves 9 de junio los funcionarios de la Secretaría de Integración Social y el Idipron participaron en un foro con el fin de socializar estas metas y el trabajo que se realizará con los niños y jóvenes víctimas de explotación sexual en las instalaciones del Planetario de Bogotá.
 
 
 
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Bogotá le dice ‘No al Trabajo infantil’

 
A las siete de la mañana llegaron los primeros niños al parque temático Maloka en el centro-occidente de Bogotá. La primera en bajar del bus fue Luisa Valentina Tolosa, una niña de trece años que hasta hace seis meses tenía que pasar sus ratos libres encerrada, en la casa de su abuela, o ayudando en la venta de mercancías en barrios cercanos a su casa. Hoy tuvo un doble motivo para celebrar: no solo fue la primera en llegar sino la encargada de representar a más de 300 niños, niñas y adolescentes de los Centros Amar (Lugares para el restablecimiento de derechos de niños afectados por el Trabajo Infantil) en el Festival Cultural ‘No le voy al Trabajo Infantil’. 
 
Con los niños llegaron varios padres, quienes en palabras de una de las maestras acompañantes, “no se iban a perder semejante fiesta por la infancia”. Uno de esos padres fue James Cucaita, de 31 años, quien no dudo un segundo cuando le propusieron ir con sus hijos a la jornada. “Yo trabajo como recuperador (reciclaje) en jornadas de más de doce horas diarias. Un día que no trabaje es un día que va a pesar en la economía familiar, sin embargo, hoy me tomé el tiempo para venir a acompañar a mis hijos. No hay nada más bacano que verlos ser lo que yo no fui, y eso ningún billete lo compra”, dice.
 
James tiene cinco hijos. Cuatro de ellos hacen parte del Centro Amar de la localidad de Engativá. 
 
 
“Apenas me enteré de que existía un lugar donde mis hijos podían a jugar con otros niños de su edad; donde iban a estar con profesoras que han estudiado mucho tiempo para estar con ellos; donde también les dan almuerzo y onces, me dio mucha alegría”.
James, un hombre joven que dice vivir solo para sus hijos, cambia el tono alegre cuando recuerda su infancia. “Mire, yo no fui niño. Desde muy pequeño tuve que trabajar para poder ayudar en mi casa. Trabajé de mecánico, ruso, empacador, mandadero, vendedor ambulante… en fin, trabajé en muchos lados y por eso nunca pude estudiar. Nunca supe que era ir a un parque para jugar y divertirme”. 
 
 
 
James tiene un sueño: ver a sus hijos ser el niño que él no pudo ser. 
 
“Conocer el Centro Amar fue una bendición. Yo estaba muy preocupado porque mis hijos solo tenían dos opciones cuando no estaban en el colegio, o se quedaban en la casa o me acompañaban a hacer el recorrido de recolección del reciclaje. Para mí era duro verlos cansados hurgando en las basuras de los demás, yo quería era verlos jugar y aprender. Por eso cuando una amiga me dijo de unos lugares donde los niños se podían inscribir y así aprovechar el tiempo libre, no lo dudé un instante”, asegura emocionado.
 
No le voy al Trabajo Infantil
 
James y sus cuatro hijos. Luisa valentina y los más de 300 niños que asistieron a Maloka, acompañados de entidades estatales como las Secretarías de Integración Social, Educación,el Ministerio del Trabajo, el ICBF y la Policía de Infancia y adolescencia, entre otras, y representantes del sector privado (35 empresas) fueron los encargados de darle apertura a la conmemoración, que desde el año 2012 y por iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se realiza en contra del Trabajo Infantil en el mundo.
 
“El trabajo es para los adultos. Los niños, niñas y adolescentes deben estar en los colegios, en los parques, en los museos; jugando, divirtiéndose y aprendiendo”, dijo la secretaria de Integración Social, María Consuelo Araújo Castro, quien enfatizó en la importancia del trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado para garantizar la meta que el actual Gobierno Distrital se ha puesto como objetivo contra el Trabajo Infantil: bajar en cuatro puntos la tasa en Bogotá.
 
“Este es un trabajo compartido. Todo empieza por la conciencia de que nuestros niños y niñas merecen una infancia feliz de juego, de aprendizaje, de diversión. (…) Los niños, niñas y adolescentes deben ser la prioridad de cualquier sociedad, por eso nuestro compromiso es con ellos.  Para eso tenemos un Plan de Desarrollo enfocado en la niñez y una oferta de amor, de gente capaz, de profesionales que adoran los niños”, dijo Araújo refiriéndose a los Centros Amar y la Estrategia Móvil contra el trabajo Infantil que lidera la Secretaría de Integración Social y que hasta el mes de abril atendieron a  2.735 niños, niñas y adolescentes en riesgo o situación de Trabajo Infantil. 
 
Durante la jornada se entregaron certificados de reconocimiento a las empresas comprometidas con la erradicación del Trabajo Infantil. Hugo Rojas Figueroa, Gerente de la Plaza  de las Flores, manifestó el compromiso del sector privado: “A las plazas de mercado y otros lugares de la ciudad acuden a diario niños, niñas y adolescentes a rebuscarse y obtener algo para llevarse a sus casas y así sostener a sus familias. Muchas veces estos niños son motivados por las mismas familias, en otras lo hacen por abandono o descuido familiar. Nuestro compromiso es identificar esas vulneraciones y en compañía de la Estrategia Móvil y los Centros Amar acompañar y erradicar el Trabajo Infantil explorando los talentos y necesidades de los niños. Nuestro compromiso es contra el Trabajo Infantil”. 
 
“Más que decir no, es decir sí a una educación significativa, emocionante y que nutra la vida. Los modelos educativos inclusivos marcarán la diferencia (…) el trabajo en llave con el sector privado es una vía para que el trabajo no sea la alternativa de ningún niño”, dijo la Secretaria de Educación, María Victoria Angulo.
 
 
La celebración es la infancia 
 
“Lo que más me gusta de que mis hijos estén en el ‘Centro Amar’ es el aprovechamiento del tiempo. Ahora, cuando estoy trabajando me siento tranquilo porque sé que los niños no están aprendiendo mañas o están por ahí buscando lo que no se les ha perdido sino que están aprendiendo cosas que les van a servir, que les van a despertar sus talentos y así asegurando un mejor futuro”, dice James Cucaita.
 
Por eso decimos ¡NO! al Trabajo Infantil
 
Al final de la jornada todos están satisfechos. Aún falta mucho por recorrer, pero los resultados son claros, la erradicación del Trabajo Infantil avanza. Los profesionales de la Estrategia Móvil seguirán en las localidades de la ciudad en el trabajo de  promoción y restablecimiento de los derechos de los niños; los Centros Amar continuarán con la atención a niños, niñas y adolescentes en riesgo o condición de Trabajo Infantil; Sector privado y público reforzará su compromiso para que la celebración siga siendo la infancia y el Trabajo Infantil un mal a vencer.
 
 
 
 
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En Bogotá se rescataron más de 2.800 niños del trabajo infantil en lo que va corrido del 2016

 
* Distrito firma pacto con empresas del sector privado para decirle ‘No al Trabajo Infantil’ en el marco de la conmemoración del día mundial contra esta grave problemática.
 
* ‘Bogotá Mejor Para Todos’ atenderá integralmente a 25 mil niñas, niños y adolescentes que corren peligro de trabajar.
 
* Actualmente de cada 100 niños y niñas entre 5 y 17 años, 11 son obligados a trabajar.
 
Bogotá, Junio 10 de 2016. El Distrito emprendió acciones estratégicas para erradicar el trabajo infantil en la capital con 2.880 niños, niñas y adolescentes rescatados de este flagelo durante lo corrido de 2016, un 35% más que en el mismo período del año anterior cuando la cifra fue de 1.863
 
La cifra se reveló en el marco de la conmemoración del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil que se realiza el 12 de junio mediante la firma de un pacto con 35 empresas del sector privado que serán aliados del Distrito para desvincular a quienes se encuentran en actividades de trabajo infantil y prevenir la vinculación laboral de niñas, niños y adolescentes.
 
A través de los 13 Centros Amar y 30 equipos de la Estrategia Móvil para la prevención y erradicación del trabajo infantil liderada por la Secretaría de Integración Social se garantizó atención integral, refuerzo nutricional, acceso a la justicia, refuerzo pedagógico, participación en actividades culturales, recreativas, y deportivas a niños que debían trabajar en labores como ventas ambulantes o estacionarias, plazas de mercado y reciclaje.
 
Por su parte, la Secretaría de Educación Distrital enfocará sus acciones en el restablecimiento de los derechos de los menores trabajadores, logrando su permanencia o regreso a la escuela, el desarrollo de sus capacidades y el empoderamiento sobre su proyecto de vida.
 
La meta de la actual administración es atender integralmente a 25 mil niños, niñas y adolescentes vinculados a trabajo infantil y promover su retorno al ámbito escolar y reducir en 4 puntos la tasa de trabajo infantil ampliada de niños, niñas y adolescentes, pasando del 11% al 7%.
 
El 12 de junio de cada año, el mundo conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, fecha promovida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), evento que tiene como propósito exigirles acciones efectivas a los Gobiernos, a las organizaciones de trabajadores, a las organizaciones de empleadores y a la comunidad, para que 168 millones de niñas, niños y adolecentes de todo el mundo dejen de trabajar.
 
Cifras
 
* Según la más reciente encuesta del DANE, de la población entre 5 y 17 años, el 7,9% son niños y niñas que trabajan y el 3,1% son niños y niñas que realizan oficios del hogar por 15 horas o más.
 
* El trabajo infantil en Bogotá está concentrado en cinco localidades donde residen las niñas, niños y adolescentes trabajadores: Kennedy, Ciudad Bolívar, Suba, Bosa y Engativá.
 
* Un total de 2.880 niños, niñas y adolescentes en lo corrido del año corte 30 de Mayo 2016 han sido atendidos a través de los Centros Amar y la estrategia móvil para la prevención y la erradicación del trabajo infantil, mediante la Estrategia Móvil.
 
Los puntos de atención de la estrategia móvil recorren las plazas de mercado, parques, y lugares donde los niños, niñas y adolescentes están expuestos o en riesgo de realizar trabajo infantil.
 
Oficina Asesora de Comunicaciones
Secretaría Distrital de Integración Social
 
 
 
 
 
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Eliminar el trabajo infantil ¡asunto de todos!

 
“Los niños debemos estar en espacios para nosotros y no en lugares donde nos obliguen a trabajar”, dice Julieth Hernández, mirando a los ojos, con seguridad de líder. 
 
“Hace un año tenía que quedarme acompañando a mi mamá en la cooperativa del colegio donde ella trabaja”, continúa. Me quedaba desde que salía de clases al medio día, hasta las cinco de la tarde. Eso era muy aburrido porque no podía hacer nada. Solo esperaba. No podía jugar ni hacer tareas. (…) A mi mamá tampoco le gustaba que estuviera ahí porque no se concentraba”. 
 
La madre de Julieth ya había escuchado a sus vecinos del barrio Santa Fe hablar de los ‘Centros Amar’. Por eso cuando el equipo de búsqueda activa -profesionales especializados que recorren las localidades de la ciudad en búsqueda de niños, niñas y adolescentes en riesgo o en condición de trabajo infantil-, llegó al colegio donde trabaja y le propusieron los cupos para sus hijos, no tuvo nada que pensar. “¡Sí!”, dijo. 
 
“Yo también me puse contenta. Al inicio era un poco tímida, pero cuando vi los juegos y actividades que hacían me puse muy feliz”, dice Julieth, quien  ahora es una de las 1.683 niñas, niños y adolescentes participantes de los ‘Centros Amar’, que la Secretaría Distrital de Integración Social lidera como espacios dedicados al restablecimiento de derechos de los niños, niñas y adolescentes afectados por el trabajo infantil en la ciudad.
 
Trabajo infantil en cifras 
 
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número global de niños en situación de Trabajo Infantil data de 168 millones. África Sub-sahariana es la región con la más alta incidencia de trabajo infantil con 59 millones. En América Latina y el Caribe existen 13 millones, mientras que en la región del Medio Oriente y África del Norte hay 9,2 millones. La agricultura continúa siendo el sector con el mayor número de niños en situación de trabajo infantil con 98 millones, pero el número de niños en los servicios, con 54 millones, y la industria, con 12 millones, no es insignificante. La mayoría se encuentra trabajando principalmente en la economía informal.
 
Según la más reciente encuesta del DANE (2015), en Bogotá unos 168 mil niños, niñas y adolescentes trabajan. La tercera parte de ellos, el 32%, son niños y adolescentes que realizan, por más de dos horas al día, labores domésticas en el propio hogar.
 
¿Qué es el Trabajo Infantil?
 
Aunque el Trabajo Infantil es un flagelo que a nivel mundial se condena (cada año se conmemora el 12 de junio como el día mundial contra el Trabajo Infantil), no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como tal. La OIT lo explica así: “Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y experiencia y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta”.
Es por esto que el término ‘Trabajo Infantil’ suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. En las formas más extremas de Trabajo Infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades.
 
Las peores formas de Trabajo Infantil
 
Según los últimos convenios de la OIT, la prioridad de las políticas contra el Trabajo Infantil es la eliminación inmediata de sus peores formas: esclavitud o prácticas análogas como la venta y la trata de niños; la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución y/o venta de drogas.
En Bogotá, de cada 100 niños, niñas y adolescentes, 11 están sometidos a las peores formas de Trabajo Infantil.
 
¡Acá me siento feliz!
 
Julieth lo repite una y otra vez. Lo hace mientras muestra los murales que ella y sus compañeros han realizado en el Centro; mientras saca la melódica, que siempre lleva en su maleta, para demostrar lo que le han enseñado; mientras  habla de los ‘Pueyo’, compañeros con los que juega futbol y toca la batería; mientras narra con emoción las visitas que hacen a otros ‘Centros Amar’ y parques de la ciudad.
 
“Acá me siento feliz porque nos tratamos como iguales y aunque hay niños que vienen de muy lejos, como los ‘Pueyo’, que vienen desde María la Baja (Bolívar), nos divertimos con nuestras diferencias”, afirma Julieth, quien quiere ser bailarina cuando grande. “Pero no una bailarina de ballet, sino una que baile de todo”, dice.
 
Políticas para acabar con el Trabajo Infantil en Bogotá
 
Los ‘Centros Amar’ son espacios dedicados al restablecimiento de derechos de los niños, niñas y adolescentes afectados por el Trabajo Infantil. En ellos, la Secretaría de Integración Social desarrolla acciones de promoción, prevención, y atención en el fortalecimiento de habilidades para mejorar la calidad de vida y el desarrollo de potencialidades personales, familiares, sociales y comunitarias de niños, niñas y adolescentes con el fin de disminuir la exposición a situaciones de riesgo y vulneración.
La Estrategia Móvil contra el Trabajo Infantil es la modalidad portátil de los ‘Centros Amar’. En puntos neurálgicos, equipos interdisciplinarios realizan la identificación de niños, niñas y adolescentes en riesgo o situación de Trabajo Infantil y la remisión pertinente para la promoción de sus derechos y su restablecimiento.
 
Hasta el mes de abril se atendieron  2.735 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 1.683 fueron recibidos en los ‘Centros Amar’, mientras que 1.052 fueron atendidos por la Estrategia Móvil.
 
Día mundial contra el Trabajo Infantil  
 
Cada 12 de Junio, los países del mundo conmemoran el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, fecha promovida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La conmemoración tiene como propósito exigirles acciones efectivas a los Gobiernos, a las organizaciones de trabajadores, a las organizaciones de empleadores y a la comunidad, para que 168 millones de niñas, niños y adolescentes de todo el mundo dejen de trabajar. Este año la OIT ha elegido como lema: Eliminar el Trabajo Infantil en las Cadenas de Producción ¡Es cosa de todos! señalando que en los procesos de producción y distribución de bienes y servicios, en los que se involucran complejas redes de empresas de distintos tamaño, trabajadores y pequeños productores; niños, niñas y adolescentes participan en actividades laborales. Esto es particularmente sensible, porque muchas actividades se realizan en la invisibilidad, por ejemplo en las que se realizan en pequeños talleres o en casas particulares. 
 
En Bogotá, la Secretaría de Integración Social se sumará  a esta conmemoración celebrando el ‘Festival Cultural: No le voy al Trabajo Infantil’, como una forma de fortalecer la construcción de entornos protectores para niños, niñas y adolescentes en la ciudad a través de un ejercicio corresponsable entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil. 
 
Final feliz
 
“Acá no solo vengo para divertirme. Acá también vengo para aprender que el Trabajo Infantil es un delito y que hay muchas formas de trabajo que uno no cree que sean malas, como cuando uno hace oficio en la casa y no le queda tiempo para jugar o hacer tareas; cuando a los hermanos mayores les toca hacer de papás cuando los papás no están, o como a mí que me tocaba acompañar a mi mamá mientras ella trabajaba”, dice Julieth¬, que termina con un rotundo: “¡Soy feliz! El otro año, cuando empiece mi trabajo social en el Colegio y ya no pueda venir más por el cruce de horarios, estaré feliz porque ya aprendí qué es y qué no es Trabajo Infantil”. 

 

 
 
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Un niño que trabaja es un niño sin infancia

 
–Esto sí se dice, esto sí se cuenta, esto sí pasó –dijo Natali la última vez que vivió la violencia en su hogar. Llevaba 25 años acumulando angustias y llenándose de seguridad para enfrentar los golpes que caían, en cualquier momento, como la lluvia que no avisa, sobre el cuerpo de su madre. Natali tenía cinco años la primera vez que vio a su madre sangrar por culpa de los golpes. De ese día recuerda que no entendió qué estaba pasando pero sí que sintió miedo. Un miedo que la paralizaba. Un miedo que dejó de existir el día en que su padre apuñaló a su madre en el cuello.
 
¡No más!
 
Era viernes, 17 de octubre de 2015, y Natali estaba feliz porque su madre, luego de 25 años de soportar maltratos, había decidido separarse definitivamente. –Yo estaba hablando con mi mamá, ella había salido hacia pocas semanas de una estancia de cuatro meses en Casa Refugio, lugar a donde una funcionaria de Casa de la Mujer la había enviado por el alto riesgo que corría al lado de mi padre. Yo estaba con mis dos hijos (de 7 y 8 años) en una de las dos camas que hay en la habitación, y mi mamá estaba en la otra con mis dos hermanos (de 6 y 10 años). Estábamos hablando de planes para el futuro. Yo me sentía tranquila. Mi papá estaba abajo. No sé en qué momento nos quedamos dormidos, tampoco sé qué hora era. Solo recuerdo que me despertaron los gritos de mi papá que estaba sobre mi mamá con un cuchillo (…) Mis hermanos, mis hijos y yo lo detuvimos como pudimos pero él nos atacaba cada que nos acercamos. Un vecino llegó con la policía. Mi mamá estaba desmayada, uno de mis hermanitos estaba herido en una mano, y mi papá gritaba: “La mato a usted y me mato yo, si no es para mí no es para nadie”.
 
 “A su casa no debe volver”, le habían dicho en Casa Refugio a la mamá de Natali. Pero la realidad es más fuerte y no tuvo más remedio. “Como la casa es de todos, yo merezco una parte, me quedo en el segundo piso y usted, en el primero. Cada uno paga su comida y hace su oficio”, dijo la madre de Natali a su esposo, quien asintió y respetó eso dos semanas hasta que sin importar la presencia de sus tres hijos y sus dos nietos la intento matar.  
 
Natali narra los hechos de ese viernes con sequedad. Pocas veces habla de eso, pero cuando lo hace abunda en detalles y siempre afirma: “Ya no tengo miedo”.
 
Resiliencia 
 
La madre de Natali duró cinco días hospitalizada. Su padre, a los dos meses fue arrestado y hoy se encuentra con medida de aseguramiento, a espera de una condena por intento de feminicidio. 
 
–Nunca quise esto –dice Natali–, soñaba con una familia unida donde mi hermano, mi mamá, mi papá y yo fuéramos felices, pero eso no sucedió, y frente a eso lo único que puedo hacer es superarlo y no permitir que vuelva a pasar con nadie, ni conmigo, ni con mis hijos (Natali también llama hijos a sus dos hermanos menores)… con nadie. A mí y a mí hermano nos arrebataron la infancia y no voy a permitir que suceda lo mismo con mis hijos, ellos van a tener la infancia que se merecen.
 
Natali habla con seguridad, las palabras que usa y las afirmaciones que lanza dan cuenta de un amplio conocimiento que ha ido adquiriendo en talleres que ha realizado con los profesionales de la Secretaría de Integración Social que han acompañado su caso. –Voy a estudiar psicología o Trabajo Social, mi interés es ayudar a muchas mujeres que han vivido muchos infiernos en sus casas –dice.
 
–De todo esto me ha quedado la seguridad para denunciar y entender que el maltrato no es un asunto de que las personas son así y ya, o que es que así fueron educadas. ¡No! La violencia se debe frenar –comenta Natali con rudeza–. Tengo muchas amigas que creen que por mantener una familia se deben soportar los malos tratos, o que creen que el maltrato es solo físico, olvidando que la violencia económica, la psicológica, la verbal y la sexual es también maltrato.
 
Natali es un ejemplo de superación, no solo por lo que vivió con su papá sino con el padre de sus dos hijos. “Así son los hombres”, le dijeron la primera vez que este la golpeó. “¡No!, así son si lo permitimos” dijo Natali y se separó de él. Hoy tiene un compañero que la respeta y de quién espera un hijo.   
 
 
Trabajo infantil
 
–Después de la noche en que mi papá atacó a mi mamá, lo que más me preocupa son mis hijos, pues ellos vieron todo e incluso uno de ellos resultó herido en una mano. Yo pensé que después de eso iban a ser niños traumados, pero me ha sorprendido que en lugar de tomar actitudes violentas o de tristeza, se han unido y sus juegos son felices y de apoyo entre ellos y con los demás.
 
Mayi Escobar, profesional de la Secretaría de Integración Social y una de las personas que ha hecho parte del proceso de acompañamiento a los niños a través de la Estrategia Móvil PRINTI (Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil), manifiesta que: “en efecto, los tres niños y la niña han tenido una capacidad asombrosa de superación del evento traumático. Ellos nunca hablan del suceso a no ser que se les pregunte. Y cuando lo hacen, lo hacen sin tapujos, entendiendo lo grave que fue y las acciones para superarlo”.
 
María Fernanda, de 8 años, afirma: “No me gustó cuando mis abuelos se separaron y lo más triste que me ha pasado fue cuando se llevaron a mi abuelito y que él todavía esté allá. Eso es lo más triste que me ha pasado en la vida. Yo rezo por él para que salga rápido y este bien; también para que le den comida, que le den almuerzo. Yo lo extraño mucho porque él también nos hacia reír, con él jugábamos, nos dejaba salir a la calle, nos compraba ropa. Lo extraño, pero lo que hizo fue malo y debe responder por eso”. 
 
El proceso de resiliencia (En psicología, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc.) de los niños ha sido positivo. Ahora la preocupación es su alta vulnerabilidad a una de las formas más comunes de trabajo infantil: el encierro parentalizado. Asumir roles de adultos o padres de familia cuando estos no están o se encuentran trabajando. “Se incurre en un delito cuando los niños asumen actividades donde su seguridad entra en riesgo (cocinar o manipular elementos que puedan generar algún tipo de accidente) o que limiten su tiempo para actividades escolares o lúdicas propias de su edad. No es que los niños no puedan desarrollar actividades como tender su cama o recoger los juguetes, por el contrario, ese tipo de actividades  aporta y fortalece su desarrollo”. Afirma Mayi Escobar.
 
La madre de Natali sale todos los días a las cinco de la mañana y regresa a las siete de la noche luego de una jornada laboral de doble turno que apenas le garantiza los ingresos suficientes para la comida y los gastos de la casa. –Cómo yo no puedo hacer mucho trabajo físico por mi embarazo –comenta Natali–, y mi mamá esta todo el día trabajando, mis hijos deben ayudar. Al inicio esa ayuda era de todo tipo, hasta cocinaban. Sin embargo, con los talleres de las profesoras de la estrategia (PRINTI) nos dimos cuenta que eso no estaba bien porque por hacer eso estaban dejando de ser niños. Para solucionar eso se nos dio cupo en el comedor comunitario, dónde se nos garantiza la comida, y al Centro Amar de la Secretaría de Integración Social, donde ellos tienen actividades pensadas para niños. 
 
 
“Yo acá me siento feliz porque estoy con mis hermanitos. Acá jugamos, acá nos dan comida y nos enseñan a cantar. En las mañanas ayudamos en la casa tendiendo nuestras camas y barriendo los regueros, luego nos vamos para el Centro Amar y luego vamos para el colegio. Estoy contenta porque ya no tengo que cocinar”, dice María Fernanda, hija de Natali.
 
María Fernanda, su hermano y sus dos tíos (6 y 10 años)  hacen parte de los 1973 niños, niñas y adolescentes que en lo corrido del 2016 han sido atendidos a través de los trece Centros Amar y la Estrategia Móvil (atención psicosocial e intervención pedagógica en puntos que han sido identificados con alto riesgo de trabajo infantil) para la Prevención y la Erradicación del Trabajo Infantil de la Secretaría Distrital de Integración Social. 
 
–Estás estrategias nos ayudan a comprender las consecuencias del trabajo infantil, que es uno solo y muy claro: un niño que trabaja es un niño sin infancia, y un niño sin infancia es un adulto con odio; y no merecemos adultos con odio –afirma Natali mientras abraza a sus hijos.
  
 
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Bogotá atenderá más de cinco mil niños y adolescentes en riesgo de explotación sexual

 
Idipron atenderá 900 niños y jóvenes durante el cuatrienio.
12 niños y jóvenes han sido rescatados de la explotación sexual en El Bronx.
Durante 2014, se registraron 775 casos de restablecimiento de derechos a niños, niñas y adolescentes en el ICBF.
 
La Secretaría de Integración Social tiene como meta durante este cuatrienio trabajar en la prevención de explotación sexual y comercial, consumo de sustancias psicoactivas y en conflicto con la Ley de 4.500 niños, niñas y adolescentes en riesgo.
 
De igual manera, el Instituto Distrital para la Protección  de la Niñez y la Juventud, Idipron, brindará atención a 900 niños y jóvenes víctimas de explotación sexual y con medida de restablecimiento de derechos, el doble que en la administración anterior, donde se atendieron 587.
 
La meta contempla realizar estrategias de prevención que permita abordar cada uno de los casos en donde los niños estén en riesgo de explotación sexual identificados en todas las localidades de la ciudad para que puedan alejarse de las situaciones de explotación sexual, fortaleciendo los factores protectores de los propios niños, niñas y adolescentes.
 
Tan sólo tras el operativo realizado en la Calle del Bronx, el Idipron logró rescatar 12 niños y niñas víctimas de explotación sexual que actualmente están siendo atendidos en los centros de protección integral de la entidad.
 
Por su parte las Comisarias de Familia han atendido en lo corrido de 2016 un total de 54 casos de delito sexual contra niños, niñas y jóvenes de 0 a 17 años de edad y durante 2015 se presentaron 219 atenciones. 
 
Este jueves 9 de junio los funcionarios de la Secretaría de Integración Social y el Idipron participaron en un foro con el fin de socializar estas metas y el trabajo que se realizará con los niños y jóvenes víctimas de explotación sexual.
 
 
 
 
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Reubicación de niños y niñas del jardín infantil ‘Arrullo del Viento’ en Teusaquillo

 

Con el objetivo de garantizar la integridad y la continuidad en sus procesos pedagógicos, 56 niños y niñas del jardín infantil ‘Arrullo del Viento’, localidad de Teusaquillo, fueron reubicados en unidades operativas cercanas. La decisión se tomó teniendo en cuenta que el predio donde funcionaba no cuenta con la aprobación de la Subdirección de Plantas Físicas de la Secretaría de Integración Social –SDIS- y, adicionalmente, no alcanzaba su cobertura total: 94 infantes.

Los traslados se realizaron de la siguiente manera: 22 niños y niñas al jardín infantil ‘Lugar de Recreo’, localidad Teusaquillo; 28 a uno de los jardines del ICBF en la misma localidad; dos en el Punto de Articulación Social de Chapinero; y los cuatro restantes a unidades operativas de la SDIS en la localidad de Barrios Unidos.

En el proceso, la Subdirección Local de Teusaquillo desarrolló reuniones con los padres de familia para explicar la situación y el plan de contingencia. También se invitó a las familias a realizar recorridos en las nuevas instalaciones. Las reubicaciones se hicieron de acuerdo con los lugares de residencia de los niños y las niñas.

De esta manera, la SDIS garantiza la continuidad de los procesos educativos de los niños y niñas mejorando los espacios de acuerdo a los estándares de atención a la primera infancia en la ciudad.

 

Se destaca el acuerdo de voluntades con el ICBF que permitió la reubicación, en uno de sus jardines, de 28 niños y niñas. 

 

Indígenas del Distrito piden perdón a ‘Pachamama’ por daños ocasionados por los bogotanos

Cada bocanada de humo es una solicitud. Una petición interna, espiritual, casi divina. En instantes el pedido tiene respuesta, una tenue neblina cubre la Laguna Los Tunjos, en Sumapaz, y según Gratiniano Capera, sabedor de la etnia Ambika Pijao, ese cambio en el clima obedece a que la Pachamama ha escuchado su clamor: le ha dado permiso para iniciar el ritual de Pagamento en su territorio, la laguna sagrada.

“Los Taitas mayores, los sabedores, cada uno fuma según la capacidad de su mente. Éramos los primeros que llegamos. Uno está quieto, descalzo y salimos y hubo cambio. Sentimos poca lluvia, aire y la atmósfera, la cosmovisión estaba quieta y ahora se agitó. Es la alegría de que estemos aquí, a la vez que es lo que estamos mirando, porque nosotros la abandonamos”, asegura entre dientes y sin soltar su tabaco, don Gratiniano uno de los 10 taitas que ha hecho presencia en ese imponente lugar para agradecer y a su vez ofrendar a la madre tierra a más de 3.840 metros sobre el nivel del mar.

Cerca de 100 niños llegaron con él hasta el Parque Natural Sumapaz. Lo hicieron acompañados de los taitas, sabedores y sabedoras de las etnias indígenas Muisca, Inga, Huitoto, Kamentza, Patos, Misak, Ambika Pijao y Nasa, entre otros. Meses atrás habían hecho una promesa cuando vieron que las llamas devoraban parte los Cerros Orientales y ellos poco o nada podían hacer. La hicieron en una reunión de las 10 Casas de Pensamiento del Distrito, de la Secretaría de Integración Social, donde participan representantes de las diferentes etnias ubicadas en localidades como Bosa, Kennedy y Suba.

“Es el ejercicio de pedir perdón por todo lo que hemos hecho contra la tierra. En primer año que se estaban quemando los cerros pensamos que no había nadie que liderara y dijimos “nosotros lo sabemos hacer,  vamos a ofrendar a la madre tierra y nos reunimos”. Básicamente ofrecemos productos que salen de ella, maíz, fríjol, granos, que es una manera de ofrendar a los espíritus, porque todos los lugares tienen dueños espirituales a los que hay que saludar”, afirma Juana Moya, quien acompaña el ritual.

Tras la solicitud del permiso para pisar la tierra y estar en el lugar, se reúnen en círculo los mayores y en seguida los niños, cada uno con la indumentaria propia de su región. Empieza entonces un baile y un canto que es acompañado por el sonido del viento al pegar contra los rostros congelados por la temperatura. Es el ritual de armonización en el cual se limpian las almas. Los cuatro elementales: agua, fuego, tierra y aire están en la esfera ancestral. Semillas de Quinua, haba, vestigios de quarzo y oro y hasta objetos orfebre, se encuentran en las manos de los más pequeños, ellos son la continuación del legado de una cultura indígena que respeta y ama a la madre naturaleza, la misma que les da día a día una razón para vivir.

Una mujer de edad camina hacia la laguna acompañada por los ritmos indígenas. Despojada de calzado se hunde hasta las rodillas en la laguna. Se está purificando y a su vez purifica su pueblo. “El pagamento es en agradecimiento a la madre tierra y eso se lleva a ofrecérselo a la laguna porque sabemos que la laguna tiene espíritu, la laguna tiene un espíritu vivo, toda la naturaleza tiene espíritu vivo, los ‘Hayas’. Por eso se les debe enseñar a los niños que deben respetar a la naturaleza porque si no se trata bien reniegan los espíritus,  chocan y se generan desastres. Cuando tenemos juntos todo el pensamiento, el espíritu, el alma, la tierra nos escucha, los adultos pidiendo perdón y los niños entregando sus ofrendas con sus manos puras”, dice Hercilia Niviayo Torres, quien pertenece a la etnia Muisca, en Suba.

La lluvia endurece en el Páramo. Los cantos aumentan y en fila, los taitas más viejos comienzan su recorrido hacia el pico del Sumapaz. Hasta allí llevan las ofrendas que minutos antes reunieron en torno al círculo.  Tras dos horas de ritual el perdón a la Pachamama se ha extendido y los niños y niñas fueron testigos de él. Son ellos finalmente quienes transmitirán el mensaje generación tras generación.

 

“Que no perdamos la identidad nuestra, lo que somos, no nos de pena tener nuestra cultura, sacarla adelante, eso es lo que estamos haciendo, le demostramos a los niños que esas costumbres vienen del vientres, de nuestras madres, padres, abuelos que nos lo han enseñado, nacemos con esa cultura y moriremos con ella”, sentencia don Gratiniano escarbando en el suelo de donde surge un hilo transparente de agua, es el páramo que lo saluda. 

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