Lechuga crespa, zanahoria, espinaca, repollo, papa, acelga morada, rúcula, orégano, repollo, aromática, entre otros alimentos, hacen parte de la dieta nutricional de los niños, entre 2 y 3 años, quienes disfrutan de las hortalizas, verduras y tubérculos, que sembraron y cuidaron por meses en la granja, y que cuando ya están listos, los hacen parte de su menú. Es decir, ellos no le hacen el feo a las verduras, como dirían las mamás.

 

“Los niños son felices cuando saben que es día de huerta, porque se van a encontrar con la naturaleza. Saben identificar cuáles son las verduras y conocen los alimentos que se utilizan para hacer las mismas ensaladas dentro del jardín”, aseguró Nancy Urriago, coordinadora de la institución.

 

 

La huerta busca acercar a los niños a la naturaleza y a la alimentación sana aprendiendo todo el proceso desde que la semilla es sembrada hasta que la planta crece y se puede llevar a la mesa.

 

De igual manera les permite a los niños y niñas tener contacto con el medio ambiente, ya que el sector no cuenta con entornos verdes. Incluso aprenden a reciclar reutilizando materiales como llantas, botellas y tubos que se encuentran en la plaza vecina ‘12 de octubre’ y otras fábricas aledañas, en la localidad de Barrios Unidos.

 

Diana Johana Mora Castillo, maestra del Jardín, también contó que “la huerta nace porque no hay una zona verde para los niños. En la calle se encuentran  residuos y elementos  reciclables, donde las docentes acompañadas de los padres de familia decidieron sembrar en botellas, plantas de toda especie. De ahí surgió la idea de hacer la huerta. El jardín Botánico facilitó la tierra, semillas, plántulas, y el apoyo técnico para todo este proceso de siembra”.

 

Qué mejor enseñanza de estos niños y niñas en un momento donde la naturaleza y el calentamiento global, ha puesto de manifiesto la urgencia de cuidar el planeta Tierra y donde los niños enseñan día a día el cuidado por el medio ambiente y las prácticas de reciclar.