Bogotá, octubre 30 de 2019. “Es la primera vez que me gano algo en la vida, después de tantas cosas duras, uno no halla qué pensar”. Así describe Hugo Beltrán su reacción después de haber ganado el concurso ‘Nuevo Comienzo’, organizado por IDRD y Coldeportes.

Y es que lo último que se imaginó Hugo es que, a sus 63 años, luego de una vida en la que tuvo que enfrentar grandes dificultades como huir de la violencia, iba a encontrar en el lápiz y en el papel su mayor talento.

Don Hugo llegó al Centro Día/Noche ‘Restrepo I’, luego de que un amigo lo invitara a participar, al verlo en dificultades.

“Él llegó en condiciones de fragilidad social, como la mayoría de nuestros participantes, y hoy es uno de nuestros exponentes del arte más importantes”, aseguró Liliana Olaya, coordinadora del Centro Día.

Fue gracias a las actividades del centro que las profesoras, en especial Miriam Rodríguez, descubrieron su enorme talento para el dibujo, y lo impulsaron para que mejorara cada día.

Así, lo apoyaron para que hiciera parte de este concurso, que lo llevará a representar a Bogotá en el encuentro de ganadores locales que se realizará en Santa Marta.

“No conozco el mar y quiero pintarlo. Lo he pintado artas veces pero sin conocerlo”, afirma Hugo emocionado.

Su obra ganadora es un cuadro de Bogotá nocturna, en la que se ven las luces de las calles en contraste con la luna y el cielo estrellado, en técnica de puntillismo.

“La profe Miriam me dijo “pinte a Bogotá”. Entonces pinto Bogotá, y con amor porque Bogotá me ha dado la mano también”, expresa Hugo.

Don Hugo Beltrán está muy orgulloso de pertenecer a la gran familia del Centro Día ‘Restrepo I’, y espera algún día poder devolver el conocimiento que ha adquirido a otros de sus compañeros mayores.

“Aquí hay un equipo la verraquera. Estas funcionarias me dan amor, las quiero mucho. No tenía familia, tengo un reguero de hijos, pero nadie me ve, nadie quiere saber de mí”, afirma Hugo con gratitud.

Don Hugo afirma que espera seguir cultivando su carrera como artista, capturando en cada uno de sus trazos el alma de las personas y los lugares.

“Lo último que morirá en mí será el lápiz, mi mente y mis dedos”, puntualiza con emoción Hugo, el pintor de ‘Restrepo I’. 

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Bogotá, octubre 1 de 2019. El 1 de octubre de cada año se conmemora el 'Día Internacional de las Personas Mayores', según la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Esta es una oportunidad para destacar las virtudes de las personas mayores en el mundo, su legado, y su situación actual en la sociedad.

Este año, Naciones Unidas ha elegido un tema especial de reflexión para este día, que es “un viaje hacia la igualdad en todas las edades”, que busca hacer un llamado para trabajar en contra de las desigualdades en la vejez.

Muchas de las situaciones de desigualdad que viven las personas mayores son consecuencia de las desventajas acumuladas durante la vida, como la falta de oportunidades de educación, trabajo y desarrollo personal.

Por esto, Bogotá ha hecho un gran esfuerzo por generar espacios de equidad para las personas mayores en la ciudad.

Por ejemplo, los Centros Día buscan un desarrollo de la autonomía en las personas mayores de 60 años. En lo corrido de la administración, 19.843 personas mayores han sido atendidas en 25 Centros Día, y cinco más se encuentran en construcción.

También se brindan apoyos económicos a personas mayores, quienes se encuentran en situación de discriminación y segregación socioeconómica y que no cuentan con una pensión o ingresos suficientes para subsistir y satisfacer sus necesidades básicas. Actualmente 129.696 personas reciben este beneficio.

Por otra parte, los Centros de Protección buscan brindar protección para las personas mayores que se encuentran en condición de abandono o que no cuentan con redes familiares. En 2018, 2.372 personas mayores fueron atendidas en 18 Centros de Protección Social.

De acuerdo con la Encuesta Multipropósito 2017, alrededor de un 12% del total de la población en Bogotá es mayor de 60 años. Las localidades con mayor envejecimiento son La Candelaria (18%), Barrios Unidos (17%), Teusaquillo (17%), Chapinero (15%), Santafé (15%) y Los Mártires (15%).

En Colombia, Según el CENSO 2018, por cada 100 personas menores de 15 años hay 60 personas, mayores de 59 años. De acuerdo con las proyecciones poblacionales, se estima hacia el año 2050 existirán alrededor de 160 personas mayores de 60 años por cada 100 menores de 15 años. 

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Bogotá, septiembre 26 de 2019. Entre caléndulas, manzanillas y hierbabuenas, las personas mayores, del Centro Día ‘Luz de Esperanza’, encontraron el abono perfecto para sembrar un proyecto de emprendimiento, en el que el conocimiento ancestral y la salud son el centro.

‘La Muya, Huertas intergeneracionales para la Paz’, es un proyecto de formación que busca promover acciones de intervención comunitaria a través de la construcción de huertas medicinales.

"Encontrar estos talleres en el Centro Día ha sido en verdad una bendición porque, además de ocupar el tiempo libre, aprendemos mucho sobre cómo cuidar nuestra salud, y logramos recuperar todo ese conocimiento que tenemos los viejos sobre las plantas y sus propiedades”, afirmó Ligia Laverde, participante de la huerta.

Primero se realizó una capacitación dentro del Centro Día sobre las plantas medicinales, su siembra y su cuidado. Luego este conocimiento se replicó en los hogares de varios de los participantes, convirtiéndose en la semilla para varias huertas urbanas.

 

Pero no es solo la siembra, gracias a la Secretaría Distrital de Salud con su estrategia ‘Kilombo’, las plantas se convirtieron en el insumo principal de pomadas y aceites, que son procesados por las mismas familias de las personas mayores, convirtiéndose en un producto para comercializar.

“Este proceso nos permitió fortalecer el tejido social de las personas mayores, con un gran potencial para aportar a su desarrollo económico y el de sus familias”, afirmó Maira Muñoz, profesional a cargo del proyecto.

‘La Muya’, que en ‘Kichwa’ significa Huerta, seguirá abriéndose camino en la localidad de Engativá, permitiendo recuperar la sabiduría ancestral de nuestras personas mayores y aportando a consolidar redes que den como resultado la construcción de comunidades de paz.

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Bogotá, septiembre 24 de 2019. ‘Conéctate con la Vida’, es una propuesta que inició en Engativá en el mes de agosto, por medio de la cual, a través de los voluntarios del ‘Club Amigos del Centro Día’, se realizaron talleres de capacitación en nociones básicas en electricidad con ciudadanos habitantes de calle, en la localidad.

La jornada comenzó a las 6:00 a.m., cuando los ‘Ángeles Azules’ hicieron su recorrido llegando a cada ‘parche’ y ‘cambuche’ para persuadir a los habitantes de calle a dar los primeros pasos hacia un cambio de vida y para demostrarles que aprender algo nuevo, es una forma de empezar. Dos horas después, quienes aceptaron la invitación, llegaron en el transporte que les proporciona la Secretaría Distrital de Integración Social, a la ‘Casa de la Juventud’.

Son las 8:00 a.m. Cuaderno y lápiz en mano y con todo el entusiasmo y el interés iniciaron la aventura que a través del desarrollo de habilidades les dará la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

La propuesta que se estructuró en 20 horas de clases prácticas, busca capacitarlos en una alternativa que les permita en un futuro buscar una seguridad económica para superar sus condiciones de vulnerabilidad.

 

 

Gracias al ‘profe Pablo’, una persona mayor de la comunidad de Engativá, quien lleva más de 5 años trabajando con un grupo de adultos mayores en diferentes iniciativas y quien se convirtió en el docente que lideró el taller y compartió sus enseñanzas con los habitantes de calle, se desarrolló esta innovadora propuesta con aporte comunitario y con el apoyo de la Secretaría Distrital de Integración Social.

“La primera tarea que estos estudiantes tuvieron que realizar, fue buscar, en su ruta de reciclaje, algún electrodoméstico que hayan desechado. O se arregla o aprendemos por qué se dañó”, aseguró Pablo Forigua o el ‘profe Pablo’, como le dicen sus estudiantes.

El proceso completo de formación culminó con una emotiva ceremonia en la que se reconoció la participación continua de cuatro ciudadanos habitantes de calle y dos adultos mayores, quienes se unieron en este desafío.

Los estudiantes recibieron una constancia, que no solo reconoce la asistencia a las clases con el ‘profe Pablo’, sino también el esfuerzo y la intención de trabajar en la transformación de sus vidas.

Lida Nieves, ‘Ángel Azul’, en la localidad de Engativá, resaltó que, “lo más importante de este proceso es ver en ellos el ánimo, interés y cumplimiento con las actividades y condiciones del proceso”.

Gustavo Adolfo Quibayo y Yubiset Martínez, una pareja que lleva ocho años de novios y que comparten la vida en calle, luego de asistir a todas las clases, lograron arreglar una licuadora que encontraron en la basura. Para ellos es una nueva forma de ganar su sustento diario y lograr salir de la situación en la que hoy se encuentran.

Todo esto no hubiera sido posible sin el trabajo que realizan los ‘Ángeles Azules’ de la localidad, quienes, a través de su compromiso diario y contacto activo con los ciudadanos habitantes de calles, están convencidos que, con este tipo de iniciativas, se generan acciones que impactan en esta población de manera positiva y les permiten vislumbrar una salida a las diferentes problemáticas que rodean este fenómeno en la ciudad.

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Bogotá, septiembre 18 de 2019. Don Hugo Álvarez es un manizaleño de 79 años que tiene alma de “cachaco”, desde muy joven decidió aventurarse a esta ciudad en busca de nuevas oportunidades, ha vivido en la capital más de 39 años de su vida. Ahora con boina, traje formal y periódico en mano recorrió el centro histórico de Bogotá recordando así los primeros días cuando llegó a esta ciudad.

A las 7:30 de la mañana ya estaba en la Subdirección Local de Chapinero para iniciar su salida, al llegar a la Plaza de Bolívar, las ganas de saber qué nuevo aprendizaje tendría y qué nuevo descubrimiento haría, a pesar de todo el conocimiento que poco a poco ya ha acumulado, lo llenaban de emoción.

Don Hugo tiene 11 hermanos que viven en otras ciudades del país y él fue el único que decidió venir a Bogotá, un lugar caracterizado por su clima frio muy diferente a la ciudad de las puertas abiertas.

Cuando se dirigía a la primera parada, el Capitolio Nacional o como en antaño era apodado “El enfermo de piedra” por la demora en su construcción que tardó casi 80 años, recordó cómo era la Bogotá de antes, cuando la carrera séptima no era peatonal, los días cuando salía a comer helado con sus amigas, hasta la toma del Palacio de Justicia y muchas cosas más que lo devolvieron en el tiempo y llegaron a la mente, Bogotá una ciudad que mezclaba arquitectura colonial con la republicana que ostentaba una riqueza cultural maravillosa. Una ciudad ahora muy distinta con el paso de la modernidad.

 

 

 

Después de iniciar el recorrido turístico, ingresando al Capitolio Nacional de Colombia, donde queda la sede del Congreso de la República, pudo conocer el salón del Recinto del Senado y el Salón Boyacá y los vitrales redondos que los adornan. Mientras caminaba por los pasillos contemplando las estatuas conmemorativas de Jorge Eliécer Gaitán y Rafael Núñez, recordó su época de infancia, cuando estudiaba con Humberto de la Calle en el Colegio Mayor de Nuestra Señora, uno de los colegios privados más importantes de Caldas, y como si fuera un adolescente empezó a deslizarse por todos los pasillos, su sonrisa reflejaba la emoción de recordar antiguas travesuras.

La segunda parada fue el Museo del 20 de Julio o Casa del Florero, un lugar lleno de historia donde se conmemoran más de 200 años de la Independencia Nacional. Sentado y atento como el mejor de los estudiantes, prestó atención al guía que narró lo que sucedió con el florero de Llorente, ligado a la anécdota de la trifulca.

Don Hugo trabaja el arte country, así que los acabados rústicos y los colores son su mayor pasión, por eso disfrutó mucho el último recorrido en el Museo de Oro, un lugar que alberga las colecciones arqueológicas, patrimonio y orgullo de todos los colombianos.

Actividades como esta son desarrolladas por el Proyecto “Envejecimiento, digno, activo y feliz”, de la Secretaría Distrital de Integración Social, en articulación con el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC).

Don Hugo lleva 6 años en el proyecto recibiendo el servicio de apoyos económicos, que le permiten mejorar su calidad de vida así como las de otras personas mayores habitantes de la localidad de Chapinero, en situación de vulnerabilidad.

Junto a él otras 29 personas mayores disfrutaron de este recorrido turístico en el que pudieron visitar lugares históricos de Bogotá, entornos que los ayudan a recordar su niñez y sobre todo salir de la rutina. Así mismo contribuyen a su crecimiento personal y a continuar aprendiendo constantemente. Descubren y disfrutan, ayudando a preservar la historia de la ciudad a través de sus narraciones y sus memorias. 

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Bogotá, septiembre 6 de 2019. Ahora la moda y pasarela capitalina está marcada por un nuevo aire de sabiduría y estilo de vida que mezcla la estructura, belleza, arte, diseño y ecología en una sola prenda. Solo la experiencia de los sabios y sabias del Centro Día ´La Montaña del Saber´, de la Secretaría Distrital de Integración Social, llenaron de imaginación y creatividad los nuevos vestidos realizados con reciclaje de papel para escribir sus propias historias y memoria como símbolo del tejido territorial, en la localidad de San Cristóbal.

Sin pensar que algún día diseñaría y cosería su propio vestido reciclable, doña María Peña, una modista de 68 años de edad, vestida y desfilando su creación en la plaza de los artesanos, en el marco del IV encuentro de ´Bogotá ciudad para la paz´, relató su experiencia.

“Resulta que yo llegue al Centro Día por casualidad y cuando me propusieron hacer vestidos de periódico me decía a mí misma, ¿pero esa vaina como se hace? Sin embargo, yo siendo modista tomé la idea con los conocimientos que tenía y empezamos hacer los vestidos con papel reciclado, pegante, papel contact y tela vieja para forrar, entre otros elementos, que sirvieron para realizar este vestido para que las personas conocieran un poco de nosotras”, aseguró doña María Peña.

 

 

Es importante decir que la iniciativa hace parte de una apuesta de emprendimiento, que busca construir a través de periódico las historias de las mujeres mayores de la localidad de San Cristóbal.

“Estos vestidos se construyen pegando letra por letra, cada una de las historias de estas mujeres, y construyendo vestidos reciclados mostrando la dignidad de las personas mayores, queremos mostrar con estos vestidos historias de vidas y territorios de empoderamiento y liderazgo de las mujeres que les permite de alguna manera ser reconocidas, ya que desafortunadamente muchas veces terminan siendo olvidadas”, confirmó Mario Andrés Orpes, profesor del centro día ´La Montaña del Saber´.

El grupo de confeccionistas es integrado por 37 sabios y sabias, mayores de 60 años, de la localidad de San Cristóbal, quienes realizaron un performance de música colombiana y pasarela por el emblemático ‘Parque de los Artesanos’.

“Tengo 69 años y soy oriunda de Villa de Caparrapí (Cundinamarca). A mí toda la vida me gusto la modistería desde muy pequeña. A los 6 años, veía como mi mamá cosía vestidos y yo los hacía con periódicos. Este vestido que llevo puesto es inspirado con una falda y sombrero realizados en puras revistas”, dijo doña Gloria Estela Rodríguez, del Centro Día.

Por otro lado, es importante mencionar que la Secretaría Distrital de Integración Social cuenta con 25 Centros Día en la ciudad, que ofrecen 1.400 cupos diarios, para un total de 19.043 personas atendidas.

Con este tipo de espacios dirigidos a todas las poblaciones de la ciudad, la Secretaría Distrital de Integración Social le apuesta a la construcción de una capital en paz. 

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Bogotá, septiembre 5 de 2019. Era una tarde soleada, acompañada de momentáneas ráfagas de viento frío. Las flores sembradas en el jardín del Centro Día ‘Tierra de Saberes’, se zarandeaban con fuerza, pero firmes y sujetas a la tierra en una especie de vaivén. Era el preludio de que en contados momentos y a unos metros de distancia, un grupo de mujeres mayores celebraría la vida con dicha. Con la sabiduría que dan los años, espontáneas, francas y reconociéndose entre sí, como una gran familia.

En uno de los salones, el profe ‘Lucas’, terminaba de cuadrar los últimos detalles para el festejo, ponqué y gaseosa. Era un martes por la tarde, la ya acostumbrada cita que sagradamente cumplen la cerca de 25 mujeres, personas mayores, madres, abuelas, amas de casa, maestras pensionadas, deportistas y bailarinas, tenía una connotación especial. No había ensayo de danzas, no había que marcar pasos, ni poner atención al ritmo, esa tarde, solo y simplemente, festejaban con camaradería la vida.

¿Cuánto tiempo debe transcurrir para que el afecto, la consideración, el respeto, el cariño y el cuidado por el otro, se conviertan en un lenguaje cotidiano y la manera más simple de expresar y evidenciar que también, se construyen vínculos por decisión y convicción?, igual de fuertes al de la sangre cuando se es familia.

 

 

 

Quienes conforman el grupo de baile del Centro Día ‘Tierra de Saberes’ se regalan con generosidad sonrisas, abrazos, se brindan apoyo, se sostienen de las manos para poder superar obstáculos en el camino, como bajar un andén alto o vigilar con sigilo que no se acerque ningún carro, mientras los pasos cautelosos de quien va al lado, avanzan sobre el asfalto.

Fue en septiembre del 2016, cuando Lucas Santacruz, profesional en cultura física, deporte y recreación de la universidad Santo Tomas, llegó al centro día, para darle fuerza a una iniciativa que tímidamente surgía por aquel entonces. El grupo de baile, era una de las actividades disponibles en el espacio de tardes libres; espacio que permite el acceso a todas las personas mayores a actividades lúdicas, artísticas y culturales.

Han trascurrido casi tres años, tiempo en el que más de 60 personas han bailado y gozado participando en el grupo. Una experiencia que el profesor Lucas valora, pues el mejor pago, según lo manifiesta, es el cariño y agradecimiento que le expresan constantemente las abuelas y abuelos, a quienes les ha enseñado danzas folclóricas de todas las regiones del país, música disco y otros ritmos.

Ha realizado el montaje de distintas coreografías, presentándose en diferentes espacios como el cierre de la estrategia de abordaje territorial 2017 de Barrios Unidos y Teusaquillo. También participaron en un encuentro de danza a nivel distrital en el coliseo El Salitre, y en eventos de clausura realizados por los proyectos ‘Por Una Ciudad Incluyente y Sin Barreras’ y ‘Bogotá te Nutre’.

La primera lección, que comparte, es que todos son bienvenidos, por ello quien desee ingresar puede hacerlo. Los integrantes del grupo, entienden que nadie es bailarín profesional, simplemente comparten el gusto por bailar, ya que realizan una actividad física y recreativa, en la que aprenden coordinación, orientación espacial, ritmo, movimiento y trabajo en equipo.

El profe Lucas, reconoce 5 ó 6 mujeres como las más constantes en el proceso, de entre las 25 integrantes, quienes en la actualidad conforman el grupo, pese a sus dificultades de salud, ‘achaques’ como ellas dicen o las limitaciones económicas.

Las bailarinas confiesan, entre carcajadas, que no han perdido los nervios. Siempre les da susto instantes previos a alguna presentación, les tiemblan las piernas, o surge un ataque de risa colectiva. Se encomiendan a su santo de preferencia y se persignan, pues una ayudita extra del altísimo, nunca esta demás. Retoques de último momento, un poco de rubor, labial y componer un tocado o acomodar la cinta que sujete el cabello. Sí, también son vanidosas, les gustas verse bellas, y que se los digan, se engalanan con los trajes de flores y les gusta posar para las fotos.

A celebrar con arepa y chorizo

Desde el Centro Día a la casa de la anfitriona, Gladys García Rojas, el grupo caminó unas 10 cuadras, aproximadamente. Trayecto que se aprovechó, para compartir recetas de cocina, hablar de los nietos, de las citas al médico, medicamentos, remedios caseros, de lo acontecido en la novela, quejarse del frío y el clima brumoso de la ciudad.

En casa de la anfitriona la sala estaba dispuesta, sobre el comedor unos bonitos detalles, realizados por ellas mismas con tapas de icopor, reciclado y decorados con escarcha verde, marcados con los nombres de los cumplimentados y en el centro de la mesa, una pequeña canasta con bombones. El foforro amenizado por Pastor López, Rodolfo Aicardi y otros artistas de música popular, que tradicionalmente se escuchan en diciembre.

Baile, risas, y charla, fueron los ingredientes, de esa tarde libre, a la que se sumó la arepa y el chorizo, avena, gaseosa, ponqué y hasta un postre de milhojas. Una comilona apenas para la ocasión. Los allí presentes cooperaron para festejar la vida, para celebrarla bailando, no hubo excusas para no ponerse de pie y azotar baldosa, moverse era lo que importaba y a falta de parejos, traperos y escobas fueron los compañeros de baile.

‘El Culebrero’, ‘Salsipuedes’ y ‘Caprichito’, se escuchaban en algunas voces, las cuales no deslucían al momento de cantar o tararear. Mientras transcurría la celebración se manifestaron, felicitaciones y expresiones e afecto, todas allí reconocieron la importancia de poder contar con los servicios que presta el Centro Día ‘Tierra de Saberes’, en especial con el espacio de tardes libres, ya que este, les permite salir de la rutina, aprender y recrearse sanamente.

En la actualidad, en este centro se atiende a 250 adultos mayores de la localidad de Barrios Unidos, de lunes a sábado. Y en los espacios de tardes libres, paralelo al grupo de danzas, que practica todos los martes de 2:00 a 4:00 p.m., se desarrollan actividades los días lunes, de tardes saludables con actividad física y zumba, los miércoles son de cineforo, estimulación cognitiva y manualidades. Los días jueves y los viernes por la tarde son de juegos tradicionales, yoga y relajación.

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Bogotá, septiembre 2 de 2019. La comunidad de Puente Aranda realizó el seguimiento de la Política Pública de Envejecimiento y Vejez y compartió sus recomendaciones, para afianzar su adecuada implementación dentro del desarrollo del Consejo Local de Política Social.

Durante el evento también se adelantó el ‘Foro de Mentes’, en el que se expusieron causas de la demencia, sintomatología, factores de riesgo y consecuencias, haciendo especial énfasis en cómo prevenirla. El foro estuvo a cargo del hospital de Kennedy. Por su parte, las actividades relacionadas con esta iniciativa se vienen adelantando en los Centros Día de las localidades de Kennedy y Puente Aranda.

María de Pilar Muñoz, alcaldesa local, en la instalación del Consejo Local de Política Social, recuerda a la ciudadanía la importancia de participar en estas instancias con el fin de evaluar la gestión de las entidades distritales y de esta manera formular recomendaciones haciendo el ejercicio de participación ciudadana.

 

El subdirector local, José Arthur Bernal, socializó los servicios que se prestan en los Centros Día y Centros Noche, en especial a las personas mayores habitantes de calle, donde se da una atención de calidad con amor y se ofrecen diferentes cursos de capacitación. Así mismo Informó a la ciudadanía que ya se encuentra en funcionamiento el Centro de Desarrollo Comunitario Galán, el cual se encontraba en remodelación y hace la invitación a disfrutar de sus instalaciones y aprovechas los servicios que se ofrecen a las personas mayores.

Como resultado de las mesas de trabajo en el marco de las cuatro dimensiones de la política de envejecimiento y vejez, se evidenció como una de las recomendaciones fundamentales es que las entidades deben hacer más divulgación de los servicios que ofrecen, para continuar garantizando amplitud de coberturas y gratuidad, y como una meta más ambiciosa se recomienda tener en cuenta la creación de un hospital en la localidad.

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Bogotá, septiembre 2 de 2019. Más de 200 personas mayores, de los centros día ‘Carlos Gaviria’ y ‘Tejedores de Sueños’, se dieron cita en el polideportivo de Arborizadora Alta, para vivir una fiesta llena de baile, música, canto, aeróbicos y muchas sorpresas, en el marco del ‘Mes del Envejecimiento y Vejez’.

Al ritmo de carranga, salsa, merengue los longevos rumberos disfrutaron de las actividades, dirigidas por el personal del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).

 

 

 

Para Óscar Javier Sierra Moreno, subdirector local de Ciudad Bolívar, la realización de este tipo actividades busca mejorar la vida y garantizar los derechos de la población mayor más vulnerable de la localidad.

Esta subdirección ha atendido a más de 17 mil personas, como doña Zoraida Méndez, de 73 años, quien se gozó cada minuto, de cada canción, que sonó en la ‘viejoteca’.

Eventos como este buscan hacerle un homenaje y un reconocimiento a la población mayor más vulnerable de la ciudad.

 

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Bogotá, septiembre 2 de 2019. Frente al reto de una ciudad en la que la población mayor de 60 años crece con rapidez y las familias son cada vez menos numerosas, se realizó el foro ‘Bogotá nos cuida: cuidado comunitario, envejecimiento y vejez’.

”Tenemos una intención con este evento que es visibilizar una apuesta que estamos haciendo desde la Subdirección para la Vejez de empezar a pensar el cuidado de las personas mayores en la ciudad de otras maneras a las que lo hemos venido haciendo. Bogotá es una ciudad que cambia y envejece mucho y si bien hace muchos años a las personas mayores las cuidaban sus familiares, pues ahora las familias al no ser tan numerosas, tienen que pensar en nuevas maneras de cuidar a sus personas mayores”, explicó Diego Vélez Torres, de la subdirección para la vejez, de la Secretaría de Integración Social.

El evento contó con la presencia de varios académicos nacionales e internacionales, quienes mostraron su punto de vista frente al tema del cuidado comunitario y su importancia para un envejecimiento activo y feliz.

 

Marissa Vivaldo, jefe de carrera de la licenciatura en desarrollo comunitario para el envejecimiento de la Universidad Nacional Autónoma de México, resaltó la importancia de este evento, y aseguró uno de los retos más importantes es un cambio de mirada frente al cuidado y una eliminación de prejuicios y estereotipos sobre la vejez.

“Este tipo de eventos son muy importantes. No ocurren en todos los lugares. Por ejemplo, en México es difícil ver este nivel de interés en temáticas tan específicas. Es muy importante que el tema del cuidado sea retomado y visibilizado desde una perspectiva comunitaria, pues es en la comunidad donde se proporcionan los cuidados, y es la comunidad el espacio donde convivimos como personas, como familias, como instituciones, es nuestro espacio natural de desarrollo”, explicó Vivaldo.

Otra de las expositoras fue Yolanda Puyana Villamizar, de la Universidad Nacional, quien hizo énfasis en la corresponsabilidad entre familia e instituciones para el cuidado de las personas mayores, así como en la preparación emocional que se debe tener para desempeñar este trabajo en la sociedad.

Más de 400 personas asistieron a este foro, en el que participaron cuidadores, personas mayores y expertos. “Me parece excelente, sobre todo porque nos concientiza a nosotros, las personas mayores, de nuestros derechos, nuestros deberes, y el autocuidado con nuestros compañeros y nuestras familias”, afirmó Herminia Merchán Díaz, participante del evento.

El Foro ‘Bogotá nos cuida: cuidado comunitario, envejecimiento y vejez’, fue una de las actividades del Mes del Envejecimiento y la Vejez de la ciudad.

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