Secretaría Distrital de Integración Social

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Arte y agricultura en Sasaima para exhabitantes de calle

 

 
• La Subdirección para la Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) cuenta, actualmente, con ocho unidades operativas para ciudadanos habitantes de calle, tres se encuentran ubicadas fuera de Bogotá.

• Las comunidades de vida La Victoria y El Rosario, cada una, ofrece cobertura de 100 cupos. Cultura y agricultura, las actividades que ayudan en los procesos psicosociales.

Bogotá, 25 de noviembre de 2020. La Subdirección para la Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social, liderada por Xinia Navarro, no solo cuenta con cinco unidades operativas para brindar atención a los exhabitantes de calle en Bogotá, sino que, además, tiene tres comunidades de vida en dos municipios de Cundinamarca.

En Sasaima se encuentran dos unidades operativas que, a través del contacto con la naturaleza y la agricultura los participantes avanzan en sus procesos psicosociales y de inclusión a la sociedad. Los centros La Victoria y El Rosario brindan, cada uno, una cobertura de 100 cupos. Estos dos espacios ofrecen opciones de proyectos productivos como los cultivos de alimentos, piscicultura y arte.

Los ciudadanos ex habitantes de calle vinculados a estas dos comunidades de vida reciben formación y capacitación en áreas de agricultura. Acompañamiento en terapia ocupacional, psicología, trabajo social y pedagogía.
 
 
 

“Apoyamos el proceso de dejar de habitar la calle de las personas que llegan a la comunidad, por medio de talleres buscamos que encuentren nuevas habilidades y así ayudar en su proceso ocupacional”, manifestó Natalia Primiciero, coordinadora de La Victoria.

Actualmente, La Victoria cuenta con 78 participantes: 9 mujeres, 65 hombres y 5 personas de la comunidad LGBTI que, mediante los talleres de artesanías y agrícolas y; con un proceso psicosocial, los exhabitantes manifiestan sus intereses y así los profesionales se encargan de guiar su proceso para ayudarlos a culminar los cinco momentos.

De acuerdo con Primiciero, “los participantes entran en momentos, así le llamamos. Por ejemplo, cuando un ciudadano llega a Momento 1 la idea es que la persona inicie con su proceso de adaptación, manejo de hábitos, de ansiedad y; en cada Momento, van manejando un objetivo, pero eso es individual de acuerdo al plan de atención se define qué objetivo. En la medida que van cumpliendo los objetivos van avanzando y cuando está en Momento 4 y 5 empieza todo el proceso ocupacional y la preparación para el egreso”.

Por su parte, José Herney Díaz, coordinador de El Rosario explica cómo el contacto con la agricultura ayuda y muestra una evolución en los procesos de los participantes. “En El Rosario, los ciudadanos son libres de elegir sus actividades de interés. Tenemos espacios de agricultura, han aprendido a sembrar y cosechar plátano, yuca, arveja, lechuga, fríjol, limón, aguacate. También tiene espacios deportivos y lúdicos que les alimenta el alma”.

Cultivando para un cambio

Cuando Jhon Díaz, participante, ingresó a La Victoria percibió un ambiente agradable y con unos meses de estadía ha visto un cambio favorable y avanzado en su proceso social. Según él, la ayuda de los profesionales es satisfactoria porque los asesoran de la mejor manera. “Nos dedicamos al cultivo, sembrado de diferentes plantas. Tenemos educadores que nos orientan y gracias a ellos logramos que toda salga bien diariamente. Es una misión para un proceso de vida y un futuro nuevo no solo para mí, sino para mi familia. Lo que sembramos se logra producir con el fin de que sea recibido de buena manera por la sociedad”.

Los talleres agrícolas, según explicó Carlos Peláez, ingeniero agrónomo de La Victoria cumplen con identificar diferentes modalidades en el área agrícola. “Con los ciudadanos se tiene una inducción teórica, antes de realizar cualquier labor o actividad dentro del área, damos una iniciativa, una pauta y dejamos que ellos fluyan y en el camino se va corrigiendo el proceso”, contó el profesional.

Apadrinando el arte

Arte se respira en cada rincón de las comunidades de vida de La Victoria y El Rosario. La música, el canto y las manualidades hacen que el lugar tenga un ambiente agradable y tranquilo a la hora de caminar por sus pasillos.

Tejer hamacas, manillas, bolsos, hacer figuras en origami, elaborar pesebres, arte country, son actividades que hacen parte de los grupos de interés. En este espacio la pasión se encarga de hacer volar la imaginación y creatividad de los exhabitantes de calle. A diferencia de los talleres que realizan a diario y que hacen parte del proceso de inclusión, existe áreas de libre expresión.

“Nosotros lo que hacemos es colaborar con todo lo que ellos necesiten, por eso hemos generado un tema de plan padrino que se hace para los ciudadanos que no tienen ingreso, pero que tienen habilidades con las manualidades. La idea es no seguir generando asistencialismo, porque si se les regala plata van a seguir con esa idea”, explicó Primiciero.

Actualmente hay siete participantes que se encuentran apadrinados. La forma de pertenecer al plan padrino es sencilla, cualquier persona puede hacerlo, solo tiene que escoger cuál es el tipo de arte que quiere apoyar. El próximo viernes 27 de noviembre se llevará a cabo una feria de navidad en las instalaciones de la Comunidad de Vida La Victoria, allí las personas podrán disfrutar de la oferta cultural y obtener más información por el plan padrino.
  

 
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De las calles al servicio a la comunidad

 

 
• Un ex habitante de calle hace parte de la transformación de los servicios de la Secretaría Distrital de Integración Social
 
• Son 124 los jóvenes y adultos de los programas de habitabilidad en calle que se han vinculado a los comedores comunitarios

• Diariamente se entregan 35.670 raciones de comida en los sectores más vulnerables de la ciudad

A sus 45 años, Alejandro Gómez Flores es un ex habitante de calle que, gracias a los servicios de la Secretaría Distrital de Integración Social, logró completar su proceso de recuperación y ahora trabaja en uno de los centros operativos de la entidad.

Con tres hijos, Alejandro completó tres meses como auxiliar administrativo en un comedor comunitario. El tiene innumerables historias y recuerdos de los siete años en los estuvo en las calles de Bogotá.

Antes de trabajar en uno de los centros operativos de la Secretaría Distrital de Integración Social, este hombre llevaba un proceso de desarrollo de capacidades en la Comunidad de vida Hogar el Camino. Un proceso de desintoxicación de drogas y recuperación de habilidades y actitudes para desaprender varias de las cosas que convirtió en hábito mientras fue habitante de calle.
 

“La calle es una situación bien compleja, en muchas ocasiones se sintió hambre por eso ahora es bueno servir a la gente”, dice Alejandro al tiempo que encuentra paradójico trabajar en este momento en un comedor comunitario. “El que no nace para servir, no nace para vivir. Es bueno y es agradable compartir con los participantes, las personas vulnerables, que en su momento de pronto sienten alguna vulnerabilidad en cuando a su alimentación y es gratificante poderles servir”, aseguró.

El auxiliar administrativo, que recibe de lunes a sábado a las y los beneficiarios del comedor de Puente Aranda y hace parte de la transformación que se viene dando en estos centros operativos, sueña con seguir estudiando con el apoyo de la Secretaría Distrital de Integración Social y que su historia sea ejemplo para otra gente.

“Entrar a las drogas es muy fácil, salir es un poquito complicado. Yo tomé la decisión de salir de la calle por muchas adversidades y problemas, en la última semana me sentía como en un desierto, completamente solo. Agradezco de todas maneras haberme sentido así porque tomé la decisión de cambiar mi vida y dejar la droga. Gracias a Dios y gracias a los programas de resocialización de la Secretaría de Integración Social pude hacer efectiva mi convicción de cambiar”, explicó Alejandro.

El proceso de recuperación fue de aproximadamente un año. Primero fue abordado por los Ángeles de la Calle, luego estuvo cerca de tres meses en varios hogares de paso de día y noche donde suplían sus necesidades de autocuidado y alimentación, de ahí lo enviaron a hacer el proceso de inclusión social.

“Duré nueve meses, fue como un parto con el que volví a nacer”, dice Alejandro mientras recuerda que en la calle se pierden muchas habilidades que luego deben recuperarse y que pudo poner en práctica gracias a una convocatoria que a nivel distrital se abrió, precisamente en esos centros de inclusión social.

Boris Flomin, director de Nutrición y Abastecimiento de la entidad, señala la importancia de este tipo de vinculaciones, al tiempo que explica el contexto en el que se ha dado este proceso. “La pandemia nos ha dejado grandes lecciones, todas las cosas tuvieron que transformarse, así mismo los servicios sociales que presta la Secretaría, incluidos los comedores que tuvieron que adecuarse a la nueva normalidad. Es así que hemos hecho articulación con programas del Idipron y programas de atención a personas de habitabilidad en calle, generando unos procesos de inclusión social en el marco de la atención integral que desarrollamos desde la entidad”, apuntó.

Gracias a esta estrategia se han vinculado a 124 jóvenes y adultos de estos programas. “Ellos complementan su ejercicio de rehabilitación y de nueva inclusión en la sociedad a través de esta vinculación con los centros operativos de la Secretaría Distrital de Integración Social. Ha sido muy positivo, ellos han respondido muy bien a esta oportunidad”, concluyó el director.

Para Reiner Reyes, coordinador de este centro operativo, es gratificante saber que desde su espacio está colaborando con la reinserción de Alejandro a la sociedad. Me siento muy feliz y contento, es muy gratificante saber que de pronto puedo estar colaborando con la reinserción de alguien lo que lo requiere. “El mensaje para los empresarios es que debemos darles una segunda oportunidad a las personas y no juzgarlas antes de conocerlas”, aseguró el coordinador.

Alejandro concluye que “los programas de la Secretaría son muy buenos y muy efectivos siempre y cuando uno tenga la consciencia necesaria de cambio. No es fácil el cambio solo, debe uno mantenerse, tener redes de apoyo, debe uno creer en algo. Las redes de apoyo son fundamentales, así como la familia. Mi agradecimiento a la cabeza mayor, a la alcaldesa, a la doctora Xinia Navarro, al doctor Daniel Mora, por su inclusión laboral, a los Ángeles de la calle y a todos quienes conforman el equipo de la Secretaría de Integración Social”.
 

 
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Así es la importante labor de los Ángeles de la Calle

 

 
● La Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) cuenta con un equipo en territorio que desarrolla diferentes estrategias para garantizar las condiciones de habitabilidad en calle. 
 
● Desde la Subdirección de Adultez, los Ángeles de la Calle realizan un trabajo integral y de abordaje en territorio que busca dignificar la vida de quienes lo necesitan.

Bogotá, 17 de octubre de 2020. La Secretaría Distrital de Integración Social, liderada por Xinia Navarro, garantiza los derechos de los ciudadanos habitantes de calle. Desde el territorio ha trabajado con los Ángeles de la Calle en diferentes estrategias de abordaje para asistir a jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGBTI y migrantes que se encuentran en condiciones vulnerables.

Es el caso de Marta Lucía Romero, una ciudadana ecuatoriana que debido a la emergencia sanitaria por el Covid-19 quedó en riesgo de habitar calle y fue encontrada en dicha condición, por los Ángeles de la Calle.

En medio de un recorrido por el barrio La Campiña, específicamente en el Parque Naveta, el equipo de abordaje territorial se detuvo y se acercó a un cambuche estructurado.
 
 

“El lugar se encontraba limpio y ahí habitaba una chica, ella nos dijo: ¡No sé quién soy! me dicen Lesly, perdí la memoria y llevo varios días caminando las calles”, relata Claudia Molina, Ángel de la Calle que, junto con sus demás compañeros emprendieron la tarea de verificar su identidad y ubicar a su familia. De inmediato, el equipo empezó a buscar citas con las embajadas de Perú, Ecuador y México.

“Creíamos que podría ser de esos países. Un día ella ya recordaba un poco más y nos dijo un nombre de un pueblo y que tenía un hijo. Se logra concluir que es ecuatoriana y se le brindó la asistencia psicosocial para poder avanzar y lograr que ella se acordara de algunas cosas”, afirma Nancy Roció Numpaque, psicóloga del equipo de abordaje territorial y referente de la localidad de Suba.

Tras ese avance en la memoria de Martha, el equipo de abordaje territorial logró una cita con el cónsul de Ecuador y, estando allá ella recordó su número de documento. Obtuvo el pasaporte y se pudo tener comunicación con la familia. Luego de identificarla, el equipo procede a trasladarla al Hospital de La Victoria para realizar unos exámenes de rutina. Martha Lucía recibió todos los servicios de la Subdirección de Adultez de la SDIS y hoy ya se encuentra en su país de origen, ochos meses después de haberse separado de su familia.

El reencuentro de Martha Lucía con sus seres queridos se logra gracias a los servicios que ofrece la SDIS y la constancia de los Ángeles de la Calle que nunca se rindieron hasta poder darle una nueva oportunidad de vida a la ciudadana ecuatoriana.

Este valiente equipo sigue trabajando permanentemente para la comunidad, desarrollando charlas pedagógicas, jornadas de autocuidado móvil, escucha activa y diferentes acciones humanizadas que se llevan a cabo a diario para dignificar a los ciudadanos habitantes de calle o que se encuentran en riesgo de habitar calle.

Para Fabián Rico, líder de Abordaje Territorial de la Subdirección para la Adultez, es una labor indispensable, “desde el componente de abordaje territorial se busca desarrollar diferentes actividades en calle para la atención, dignificación y resignificación social del fenómeno de habitabilidad en calle”, considera.
 

 
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Jornadas de autocuidado y Escucha Activa para las y los ciudadanos habitantes de calle

 

 
• Durante el 2020 la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) ha realizado 138 jornadas móviles de autocuidado y escucha activa con esa población.

Bogotá, D.C., 7 de octubre de 2020. El tímido sol que ahuyentaba la fría mañana bogotana le dio la bienvenida a un día diferente en el Salón Comunal del Barrio Santa Lucia Sur, en la Localidad de Tunjuelito. Es una nueva jornada móvil de autocuidado de la Secretaria Distrital de Integración Social (SDIS) dirigida a habitantes de calle.

Wilder Piza, ‘ángel de la calle’ de la SDIS, cumple los protocolos de bioseguridad y les da la bienvenida a los invitados especiales para que reciban atención integral, todo dentro de la Estrategia Territorial de Intervención Social (ETIS) y la política pública de habitabilidad que contribuye a dignificar la calidad de vida de esta población.

“Se busca que el ciudadano de calle pueda resignificar su autoestima con el baño y el corte de cabello. Ellos a veces van perdiendo estos hábitos de vida saludable. El propósito es que vuelva con otro aspecto”, indica Piza, quien no deja de saludar cordialmente a los asistentes.
 
 

Luego de un buen baño, corte de cabello y el cambio de ropa, la jornada ofrece un diálogo y escucha activa en donde habitantes de calle y profesionales comparten un espacio para identificar las necesidades de cada uno y poder ampliar la oferta de servicios de la SDIS y la activación de rutas de atención distrital.

“Cuando una persona decide vivir en la calle, la sociedad debe respetar y el Estado debe acompañar esa decisión, no para que esa persona viva en la calle, sino estar ahí, para ofrecerle alternativas y mitigar esa presencia en la calle, y sobre todo hacer llamados a la no discriminación”, destacó Xinia Navarro, Secretaría Distrital de Integración Social.

Por su parte, Carolina Camargo, ‘ángel de la calle’ de la Localidad de Tunjuelito, explica que “se desarrolla un plan para poder activar rutas de atención, que pueden ser el derecho a la salud, a la alimentación, a la vivienda, a la recreación, dependiendo de las situaciones personales”.

Aseo, cuidado personal, recreación, atención, diálogo, reconocimiento, inclusión y dignidad fueron algunos de los servicios que recibió Diego Bolívar, habitantes de calle por más de cinco años. “Me siento muy bien, he descansado, estoy tranquilo, muy agradecido, fresco, con una mente clara con lo que se va a hacer en el día de hoy. Siempre salir y sobre salir, esto lo valoriza a uno, es una ética moral”, resalta Diego.
 
 

La jornada móvil de autocuidado y escucha activa contó con la participación de la Sub Red Sur, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) y la Barbería ‘Charly Barber’, que ofrecieron servicios de actividad física, atención en salud, corte y barbería para hombres y mujeres.

Ciudadanos como Carol Moya y Carlos Andrés Díaz, compañeros de calle, y asistentes a la jornada agradecen la atención del servicio y se sienten motivados para dar ese paso vinculándose a los centros de atención de la SDIS.

Durante este año, se han realizado 138 jornadas móviles de autocuidado y escucha activa en las que han participado3.019 ciudadanos habitantes de calle.
 

 
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Integración Social garantiza atención a habitantes de calle en pandemia

 

 
• Más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle fueron atendidos entre marzo y agosto de 2020. 

• Durante la pandemia se atendió a población migrante, carreteros y habitantes de calle. En la nueva normalidad se reactivaron los servicios en los hogares de paso.

• Los servicios de la Subdirección de Adultez estuvieron funcionando y siguen con sus jornadas de atención y autocuidado.

Bogotá, 2 de octubre de 2020. -Más de 1.200 personas habitantes de calle fueron atendidas por el equipo de profesionales de la Subdirección de Adultez de la Secretaría de Integración Social desde que se declaró la emergencia sanitaria por el Covid-19, cumpliéndose así un trabajo riguroso con esta población vulnerable y que ahora en el marco de la nueva normalidad, también seguirá siendo una prioridad.

En efecto, hoy los servicios se prestan con normalidad en cuanto a la cobertura, pero cumpliendo con las recomendaciones de la Secretaría Distrital de Salud para así garantizar el distanciamiento social dentro de las unidades operativas y cumplir con el protocolo de bioseguridad.

De acuerdo con la secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, “en los hogares de paso, dependiendo de la capacidad que tengan, se empezaron a reactivar los ingresos a los habitantes de calle que eligen hacer parte de un proceso de apoyo psicosocial e inclusión. Al momento de ingresar tendrán un aislamiento de 15 días dentro del servicio para prevenir cualquier tipo de contagio”.
 

Además, la funcionaria destacó que, “de las 138 jornadas de desarrollo personal en calle que se realizaron desde que se decretó la emergencia sanitaria y hasta el 31 de agosto, han participado 3.019 ciudadanos habitantes de calle”.

Una evidencia de lo anterior fue la más reciente y más grande jornada de autocuidado que se hizo a mediados de septiembre en el parque principal del barrio San Bernardo, ubicado en la localidad Santa Fe. Allí participaron más de 350 personas que habitan calle.

Durante los 6 meses de cuarentena, el mayor reto de la entidad fue seguir brindando el mejor servicio de atención y cuidado a esta población. Según Daniel Andrés Mora, subdirector de Adultez, “a partir del 20 de marzo, desde que empezó la emergencia sanitaria, en cabeza de la Secretaria, Xinia Navarro, logramos hacer unas adecuaciones y unos cambios en la atención a la población habitante de calle. A pesar de la dura situación nunca hemos parado ni frenado ninguno de los servicios”.

Una primera estrategia que se llevó a cabo fue un proceso de confinamiento y aislamiento a más de 1.200 ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle en los 11 servicios que tiene la Subdirección de Adultez de la SDIS. Mora explicó que esta estrategia tuvo una coordinación con el IDIPRON, instituto encargado de atender la población joven que está habitando calle.

“En nuestra estrategia territorial tenemos equipos locales, los Ángeles de Calle, que hacen acercamiento a los diferentes cambuches que están ubicados en puntos críticos de la ciudad como los canales de agua, corredores principales, algunos parques de Bogotá. Allí empezamos a hacerles la invitación para que acudan a los servicios y también les enseñamos cómo debe ser los procesos de bioseguridad, les damos alimento, ropa y tapabocas”, aseguró el subdirector de Adultez.

Además, el funcionario señaló que dentro de las jornadas de autocuidado que se hacen en diferentes localidades de la ciudad, “se atiende población migrante, carreteros, habitantes de calle y en coordinación con las alcaldías y subdirecciones locales se les ofrece el servicio de duchas, baños, ropa limpia, servicio de peluquería, alimentos y atención en salud. Los habitantes que tienen animales de compañía reciben atención por parte del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal”.

Por su parte, Vanesa Alzate, coordinadora de servicios de Adultez, explicó que en el caso de los exhabitantes de calle que actualmente llevan un proceso de rehabilitación e inclusión social y se encuentran en los hogares de paso o en los centros de atención se realizan trabajos de pedagogía sobre la pandemia.

“La cuarentena nos hizo generar ese proceso para sensibilizar a los participantes sobre la necesidad de cuidarnos. Dentro de los hogares de paso se generaron unas acciones muy especificas relacionadas con el manejo de la ansiedad y al síndrome de la abstinencia”, dijo Alzate.

Otra reactivación, en la nueva normalidad, son las visitas de los familiares a las unidades operativas. Al ingresar deben pasar por un proceso riguroso de desinfección que cumple con todas las medidas de bioseguridad.
 

 
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Atención integral para habitantes de calle

 

 
• Acciones de la Secretaría Distrital de Integración Social hacen parte del proyecto ´Implementación de estrategias y servicios integrales para el abordaje del fenómeno de habitabilidad en calle en Bogotá’.

Bogotá, D.C, 29 septiembre de 2020. Sultana, Kira y Negra son tres animales de compañía de María Isabel García, ciudadana habitante de calle que vive en un lote desocupado desde hace unos dos años. Ella aprovecha las jornadas de autocuidado personal que ofrece la Secretaría Distrital de Integración Social, durante las cuales recibe atención con servicios de aseo y peluquería, además de entrega de concentrado para sus mascotas por parte del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal.

“Participo de estas jornadas porque me parecen muy importantes y necesarias, ya que nos permite asearnos, cambiarnos de ropa y alimentar a nuestras mascotas. Es un servicio muy útil para el habitante de calle”, afirma María Isabel García.

Las jornadas de autocuidado hacen parte del proyecto ´Implementación de estrategias y servicios integrales para el abordaje del fenómeno de habitabilidad en calle en Bogotá´ de la SIDS. Se busca mitigar los conflictos sociales asociados al fenómeno a través de la garantía de derechos, mediante la atención integral desde un abordaje diferencial y la adaptación de la oferta institucional a las necesidades particulares de la población.
 
 
 
 

En estos espacios se invita a habitantes de calle para su cuidado personal, garantizando los protocolos y medidas de bioseguridad, donde se ofrecen área de duchas y baños con la entrega de kits de aseo, ropa y alimentación, peluquería y acompañamiento con escucha activa. Se promueve la manifestación de todas sus necesidades, para que durante la jornada y en una gestión interinstitucional se puedan resolverlas integralmente, ya sea con la activación de rutas o la vinculación a los hogares de paso y centros de atención del Distrito.

“Las jornadas móviles de autocuidado y escucha activa para los ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle logra que ellos y ellas tengan espacios para su cuidado personal y la promoción de la oferta de servicios de la Secretaria Distrital de Integración Social con atención integral”, destaca Jessica Yepes, subdirectora local de Puente Aranda y Antonio Nariño.

Adicional a esto, participan en talleres relacionados con la disposición de residuos sólidos por parte de la Secretaria de Ambiente y los ‘Ángeles de calle’. Se les sensibiliza sobre cómo romper imaginarios de la comunidad hacia la policía y a los ciudadanos habitantes de calle, como preámbulo a una actividad lúdica pedagógica que desarrollarán con la Policía, entidades distritales y la comunidad en general.
 

 
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Tras 50 años de habitar la calle, Gustavo Castillo llegó a un lugar digno donde celebra su vida

 

 
• Durante la pandemia, la Secretaría de Integración Social ha prestado atención a 473 personas mayores en los Centros Día- noche

• En Bogotá existen 7 Centros Dia - Noche donde, atienden a personas mayores de 60 años, vulnerables, sin redes de apoyo ni un domicilio permanente o digno para pasar la noche.

Bogotá, 18 de septiembre 2020. Para Gustavo Castillo Rodríguez el primero de septiembre marcó un hito en su vida. Después de 50 años recorriendo las calles de Bogotá, viviendo al sol y al agua encontró, en el Centro Día - noche Quiroga de la Secretaría de Integración Social, un cuarto y un lecho donde reposar tranquilamente, sin soportar las inclemencias del clima bogotano.

Don Gustavo conoce de memoria cada rincón de la esquina de la carrera 20A con calle 8, frente al Centro Comercial Babilonia en el sector de San Andresito de San José en la localidad de Los Mártires. Allí estuvo durante 20 años y fue testigo de las transformaciones del lugar, que pasó de ser la Plaza España, un espacio de venta de ropa usada, a un lugar lleno de centros comerciales. “Yo vi cómo se construyó este centro comercial y aquí me quedé porque me quieren. A mí la comida me sobra”, dice, mientras sus ojos se iluminan.
 
 

El periplo

A las 8 de la mañana de ese primero de septiembre un grupo de funcionarios de la Subdirección de Vejez y de la Subdirección de Adultez de la Secretaría de Integración Social se hizo presente para ofrecerle un lugar donde tendrá alimento, techo, seguimiento médico, actividades recreativas y otros compañeros con quien compartir sus días. Su respuesta fue un sí condicionado. “Si me amaño… Si no, aquí regreso”, dijo.

Sandra Carolina Fajardo, líder de los Centros Día-Noche de la Subdirección para la vejez, le explicó el procedimiento para ingresar al Centro Día-Noche Quiroga: hacer la valoración médica en el Hospital Centro Oriente y luego la prueba de Covid-19. Una vez en el centro tendría una habitación, alimentación y monitoreo diario de su estado de salud. Aunque tendría que estar aislado durante 14 días, luego de los cuales podrá socializar con los demás residentes del centro.

El Cetro Quiroga es uno de los 7 Centros Día-noche con que cuenta la Secretaría de Integración Social donde durante la pandemia se han atendido a473 personas mayores vulnerables. Allí se brinda atención básica y alojamiento transitorio a quienes no cuentan con ningún tipo de apoyo económico o redes y que por sus características sociales, familiares y económicas no cuentan con un domicilio permanente o espacios habitacionales dignos para pasar la noche. Desde julio, 32 personas como don Gustavo, habitantes de calle, han ingresado a este servicio.

En ciertos momentos, a Don Gustavo las fechas se le confunden. “Llevo 50 años en la calle. A los 8 años mi mamá murió y mi papá nos repartió entre los tíos y padrinos a mí y mis hermanos. Yo viví un tiempo con mis padrinos, pero no me amañé y me fui para la calle”. Su espíritu libertario lo llevó a realizar distintos trabajos como construcción y reciclaje. De su círculo familiar, sólo tiene contacto con uno de sus 6 hermanos, quien vive en el Barrio Eldorado.

En la calle le enseñó a reciclar, le ha dado comida y le ha brindado amigos. Pero también tiene sus dificultades. Para él, la mayor es “el frío que se aguanta, sobre todo cuando llueve. Eso es muy duro”.
 
 

Los comerciantes fueron quienes hicieron lo posible para encontrarle un albergue. “Yo lo distingo hace más de 17 años y me parece muy bien que vaya al centro de Integración Social porque un señor con la edad de él y en la calle es muy bravo. Es mejor que esté en un sitio donde va a tener los cuidados, va a tener su cama, su comida, su medicina, todo” comenta Héctor Fabio Bohórquez, uno de los vecinos del sector.

Al hospital y luego sí al nuevo hogar

Tras abandonar su esquina de siempre, don Gustavo y el equipo de Integración Social partieron rumbo al Hospital Centro Oriente para hacer la valoración médica, luego de lo cual se dirigieron a practicar la prueba del COVID-19, requisito necesario para su ingreso al Centro Día-noche.

Sucedió en un puesto móvil de la Secretaría de Salud en la localidad de Puente Aranda. El procedimiento es breve, pero molesto. Hubo sangrado. Al preguntarle cómo se siente dice: “Bien, muy bien”

-¿Repetimos la prueba?
-¡No, no, no!

Un nuevo lugar de cuidado

Después de cuatro horas el destino es el Centro Dia-noche Quiroga, donde lo espera un equipo de asesores.

“Después del aseo, ingresará a una habitación donde permanecerá aislado durante 14 días y recibirá alimentación 5 veces al día; una vez termine los 14 días, podrá participar de las actividades del servicio: actividades físicas, encuentros de desarrollo humano con un equipo de artistas y un equipo psicosocial, podrá socializar con las demás personas mayores en juegos de mesa, danzas o juegos tradicionales. Si no se amaña después de los 14 días, puede egresar de manera voluntaria, pero eso implica que no puede ingresar nuevamente al servicio”, señala Selene Guerrero, la coordinadora del centro.

El 14 de septiembre, cumplido el aislamiento y un día después de su cumpleaños número 70, sus compañeros del Centro y el equipo de trabajo lo acompañaron para compartir una torta y cantarle el feliz cumpleaños, el primero que celebra.

Es otra persona, más vital y muy agradecido. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar a María Valentina Aponte, una trabajadora del sector de San Andresito, quien hizo las gestiones para su ingreso al Centro Día-noche. “Ha sido un ángel. Estoy muy agradecido con ella y con Integración Social por acogerme y tratarme con cariño”. A sus 70 años, Don Gustavo, por fin, tiene un lugar y una forma digna de celebrar la vida.


 
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Así fue la mega jornada de autocuidado para habitantes de calle en Santa Fe

 

 
● Desde las 8 de la mañana, 350 ciudadanos habitantes de calle se acercaron al parque principal del barrio San Bernardo para participar en la actividad de desarrollo personal organizada por la Subdirección de Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social.

17 de septiembre. Este martes se llevó a cabo una mega jornada de autocuidado para ciudadanos habitantes de calle en el parque principal del barrio San Bernardo, ubicado en la localidad Santa Fe. Fueron, aproximadamente, 350 habitantes que recibieron los servicios de limpieza e higiene de la Subdirección de Adultez de la Secretaría de Integración Social.

La jornada fue articulada con la Mesa Local de Habitabilidad en Calle de la localidad de Santa Fe y se vincularon organizaciones sin ánimo de lucro, la Alcaldía Local, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia.

Desde las 8 de la mañana del martes 15 de septiembre, los beneficiarios empezaron a llegar, y se fueron acercando poco a poco a las cinco estaciones de atención en donde pudieron acceder a los servicios de ducha, peluquería, entrega de kits de aseo personal y protección, ropa y refrigerios. También hubo acompañamiento psicosocial como parte del ejercicio de dignificación y restitución de los derechos de esta población.
 

Los animales de compañía de los habitantes de calle recibieron atención por parte del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPBA). Allí les hicieron la desparasitación y también fueron alimentados.

“Lo que buscamos es darles la oportunidad a los habitantes de calle para que pasen un día diferente y se vinculen a nuestros servicios. Ellos tienen acceso a duchas, ropa limpia, a un corte de cabello y a una alimentación balanceada”, dijo Fabián Rico, líder de Abordaje Territorial de la Subdirección de Adultez.

De acuerdo con Rico, esta fue la actividad más grande que se llevó a cabo en el año debido a la dificultad que se ha presentado por la emergencia sanitaria de la Covid-19. “Para evitar aglomeraciones, esta fue la mega jornada del año que cumplió con todas las medidas de bioseguridad. Incluso se hizo una búsqueda escalonada en la localidad para no traer a la gente al mismo tiempo”.

Sin embargo, el funcionario aseguró que busca articular con las mesas locales de las 19 localidades para ampliar la cobertura y hacer más presencia en diferentes territorios, pero siempre manteniendo las medidas de protección y bioseguridad.

Durante esta actividad de desarrollo personal, también se identificó con la comunidad y la población habitantes de calle cuáles son los entornos de riesgo que hay en la localidad de Santa Fe. Según Edison Botija, profesional del equipo técnico de la Subdirección de Adultez, “el objetivo de esta jornada también fue hacer una cartografía social con la comunidad y los participantes, identificando a dónde se deben movilizar las estrategias y servicios para la población en riesgo, población migrante, habitantes de calle y los que se movilizan dentro de la localidad”.
 

 
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Con ajedrez gigante le hacen jaque mate a la vida en las calles

 

 
• Dos exhabitantes de calle que están en proceso de rehabilitación construyen un ajedrez de fichas grandes con cartón.

• El Centro de Atención Transitoria (CAT) de la Secretaría Distrital de Integración Social brinda todo el apoyo psicosocial e implementos para el desarrollo de manualidades de los beneficiarios.

16 de septiembre. “El consumo y ese mundo oscuro en el que estaba metido no me permitía ver mi capacidad creativa”, dice Julián. Junto con William buscan hacerle el jaque a la vida en la calle haciendo figuras grandes de ajedrez, en las que ponen a volar toda su imaginación y creatividad mientras pasan el tiempo en el Centro de Atención Transitoria (CAT) de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Son 32 fichas, ya listas para una gran batalla mental entre los exhabitantes de calle en rehabilitación. Con cajas de cartón, pinturas, pinceles, pegante, pedazos de papel higiénico y mucho empeño, estos dos compañeros se propusieron hacer algo que, además de ayudarles con el proceso, sirviera de excusa para integrar a los beneficiarios y profesionales que están en el centro.
 
 
 

William y Julián llevan nueve meses en este proceso aprendiendo a conocerse y recibiendo apoyo profesional para saber afrontar situaciones de ansiedad y miedo. Allí se dieron cuenta de que su razón de vivir no es deambular por las calles y consumir alucinógenos, sino que la destreza que tienen en sus manos es maravillosa y pueden moldear y construir todo lo que su imaginación les permita.

Mientras continúan con su proceso de rehabilitación dan forma al rey, a la reina, al alfil, al caballo y a la torre, figuras que representan su proceso de reintegración a la sociedad desde toda la dignidad que les brindan estos espacios.

Todo empezó cuando Willian estaba en la cancha de baloncesto del CAT haciendo una de las actividades recreativas con los promotores de la Subdirección de Adultez de la Secretaría de Integración Social. De repente, el bombillo de la imaginación se le encendió. Trasmitió su idea de crear un juego de ajedrez con fichas grandes al coordinador del centro, Nilson Gutiérrez y, de inmediato, recibió el apoyo y el suministro de materiales. Luego fue a buscar a Julián, un compañero experto en manualidades, quien también participó en esta creación.

La rutina de ellos ya no es levantarse, bañarse, ir a desayunar y hacer las actividades con los profesionales de la Subdirección de Adultez, sino que ahora sacan tiempo para estar en ese taller de aproximadamente 50 metros cuadrados con un par de mesas de ping pong. Allí hacen los moldes de las fichas, le dan el volumen a cada pieza, luego le ponen hojas de papel higiénico para darle la textura corrugada y, finalmente, pintan cada ficha. Y en el entretanto también van moldeando sus nuevas vidas.

Mientras cortan, miden, pegan y pintan, William y Julián cuentan cómo ha sido la experiencia de recibir los servicios de la Secretaría de Integración Social. “Estoy aquí hace nueve meses y me gusta mucho porque aprendo a utilizar mi imaginación. Hace dos años no volví a consumir, y gracias a los talleres que he recibido, hoy puedo decir que tengo las herramientas y apoyo de los profesionales para dominar las emociones. Por ejemplo: hacer este ajedrez gigante me enseña a tener paciencia”, dice Julián Niño.

Y así es, la paciencia es la mayor capacidad de estos dos personajes porque construir una ficha puede demorar toda una tarde. Julián no sabe de dónde proviene su agilidad con las manualidades, pero cree que hay una fuerza superior que le ha dado la sabiduría para hacer las cosas bien en el CAT. “No sé si es Dios, Alá, Mahoma, pero me ha dado la fuerza para hacer las cosas bien porque en el consumo a uno se le olvidan las habilidades”.

Por su parte, William Calvo considera que la ayuda por parte de Integración Social no ha sido solo con los materiales que recibieron, sino que “el profesionalismo de sus servidores es tan grande que le ayudan a detectar sus talentos. Aquí hay profesionales que les nace trabajar con uno, son personas que lo hacen por vocación. Llevo 9 meses sin consumir y he encontrado una red de apoyo. Esta no es la única actividad que he realizado, también hacemos artesanías y floreros a base de cáscaras de huevos”.

Empezar el proceso de abandonar la habitabilidad de calle es un asunto voluntario e individual, pero dar el primer paso no es una tarea fácil para los ciudadanos habitantes de calle. De acuerdo con Gutiérrez, lograr que cumplan todo el proceso en el CAT es uno de los retos que tiene Integración Social y en muchas ocasiones se logra cumplir.

Además, considera que “fortalecer las habilidades, competencias y destrezas de los ciudadanos ex habitantes de calle haciendo este tipo de creaciones como el ajedrez, es una manera de motivar al crecimiento y empoderamiento. A través de ellos se hace la réplica a otros ciudadanos para aprovechar mejor el tiempo libre y favorecer su proceso de crecimiento y desarrollo personal”.

Así mismo lo considera Tatiana García, psicóloga del CAT. “Estas manualidades ayudan a fortalecer las capacidades y habilidades que tiene el ciudadano bajo su experiencia. También es una estrategia que favorece el adecuado manejo y aprovechamiento del tiempo libre, lo que ha favorecido disminuir los niveles de ansiedad asociados a la medida preventiva de aislamiento asumida en el hogar”.

A pesar de las dificultades que ha traído la pandemia de la Covid-19, luego del confinamiento obligatorio y algunos casos de contagios, han ido superando las dificultades y persisten en salir adelante. Se constituyen como un ejemplo para otros habitantes de la calle, para quienes ellos y Nilson, el coordinador del CAT, hacen una invitación para integrarse, cambiar de vida y hacerle un rotundo jaque mate a la calle.
 

 
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Formación en arte y oficios para habitantes de calle en la Localidad de Usaquén

 

 
• La Secretaría Distrital de Integración Social ofrece formación como herramienta para la inclusión social y laboral.

Bogotá, D.C, 15 de septiembre de 2020. Lejos del consumo de drogas y de las calles, siete habitantes de calle le apuestan a iniciar una nueva vida. Dedican parte de su tiempo a recibir formación básica en sistemas y tecnología, gracias a los ‘Ángeles de la Calle’ de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS), a través de la Subdirección Local de Usaquén.

‘Práctica libre y alfabetización digital dirigido a ciudadanos en condición de habitabilidad en calle’ se lleva a cabo, con los protocolos de autocuidado y bioseguridad frente al Covid-19, dentro del proyecto de ‘Implementación de estrategias y servicios integrales para el abordaje del fenómeno de habitabilidad en calle en Bogotá’.

Los talleres gratuitos se realizan todos los viernes de 8 a 10 de la mañana dentro de las instalaciones del Centro de Desarrollo Comunitario Servitá de la Subdirección Local de Usaquén, en donde además se motiva a compartir estos espacios de corresponsabilidad que busca disminuir los imaginarios frente al fenómeno de habitabilidad en calle.

“Vengo a estos talleres por que son muy interesantes, ya que en las calles no hacemos nada. En estas dos horas nos dan la oportunidad de enriquecernos en esto y poder en un futuro ponerlo en practica con alguna empresa”, asegura Miguel Espitia, habitante de calle que asiste puntualmente a clase con la mejor actitud y ánimo.

La iniciativa tiene como objetivo capacitarlas y capacitarlos en el uso de herramientas de las TIC. “Gracias a este taller han podido conectarse con sus familias; además han desarrollado habilidades en herramientas digitales, comunicación, información y redacción,algunos elementos que son importante para nuestro diario vivir en la virtualidad”, destaca Yeison Gil, ‘ángel de la calle’ de la SDIS.

“Estas personas nos han brindado la oportunidad de capacitarnos y adquirir conocimientos mediante sistemas. Este espacio lo veo como una ayuda trascendental para el habitante de calle”, señala John Leandro, otro de los beneficiarios que participa en la clase de redes.

Los asistentes reciben capacitación en herramientas básicas como Word, Excel, PowerPoint, y redes sociales, lo que les sirve para desarrollar sus potencialidades e incentivarles a acogerse a las ofertas integrales que ofrece la SDIS a través de los servicios en calles y en sus centros de atención.

“Definitivamente este espacio esta creado para que ellos puedan dejar de lado durante un tiempo la calle y puedan vincularse a este mundo digital, descubriendo esas capacidades que los motivan e impulsan a tomar decisiones, como dejar las calles y vincularse a los servicios que les permiten recuperar esos sueños y metas que una vez tuvieron”, menciona Yeison Gil.

La Subdirección de Usaquén ha realizado 453 atenciones de autocuidado a habitantes de calle ofreciendo servicios de duchas, alimentación y orientación psicológica. Además, ha desarrollado 25 recorridos interinstitucionales, sensibilizando a la comunidad y brindando distintas atenciones a esta importante población.

Con este tipo de estrategias, la SDIS confirma su compromiso de seguir llevando y atendiendo a la población más vulnerable de la ciudad con programas integrales para minimizar el fenómeno de habitabilidad de calle.
 

 
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