Secretaría Distrital de Integración Social

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Joselín Murcia, líder del reciclaje en Tunjuelito, recibió la Orden a la Excelencia Medioambiental ‘José Celestino Mutis’

 

 
Bogotá, junio 5 de 2019. En el ‘Día Mundial del Medioambiente’, el Concejo de Bogotá otorgó la Orden a la Excelencia Medio Ambiental ‘José Celestino Mutis’ a Joselín Murcia, quien ha dedicado su vida al reciclaje en la localidad de Tunjuelito, contribuyendo de manera fundamental al cuidado del medio ambiente.

Joselín es un líder reconocido dentro de su comunidad y actualmente es un aliado definitivo en el desarrollo del proyecto innovador ‘Súmate al Cambio por un Ambiente Más Sano’, liderado por la subdirección Local de Tunjuelito, en cabeza del subdirector, Víctor Hugo Valenzuela Rojas.

El conocimiento y compromiso de Joselín han sido esenciales en el desarrollo de uno de los componentes del proyecto, consistente en el manejo adecuado y aprovechamiento de los residuos orgánicos generados en las diferentes unidades operativas, en especial los comedores comunitarios y jardines infantiles de la Secretaria de Integración Social, ubicados en la localidad sexta.

Ellos, a través de la técnica de compostaje, producen abono de calidad, evitando que estos residuos terminen como basura inaprovechada en el botadero de ‘Doña Juana’.

Esta distinción es otorgada a los ciudadanos u organizaciones cuyo trabajo propenda por la preservación, defensa, recuperación, cuidado, educación, conservación, logros e investigación del patrimonio ecológico, los recursos naturales y el ambiente del Distrito Capital.

Felicitaciones a Joselín Murcia por sus aportes al cuidado del medio ambiente, un propósito con el que la Secretaría de Integración Social está permanentemente comprometida.
 

 
 
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Mujeres exhabitantes de calle, en Chapinero, celebraron mes de las madres

 

 
Bogotá, junio 4 de 2019. “Como llegar a casa”. Así se sintieron cinco mujeres exhabitantes de calle, quienes ahora están en el Centro de Atención Transitorio (CAT), al entrar a un restaurante vegetariano de la localidad de Chapinero, en el que fueron invitadas de honor para celebrar el mes de las madres.

Angie, Amparo, Patricia, Alicia y Paula Andrea son algunas de las mujeres y madres que viven en el CAT de la ‘Carrera 35’. Algunas de ellas llevan meses y otras años tratando de abandonar la habitabilidad de calle, con acompañamiento psicosocial, cuidado personal y seguridad alimentaria.

Mientras disfrutaban de un delicioso almuerzo por la celebración del mes de las madres, estas chicas compartían sus experiencias de vida y de superación.
 
 

Probar y pasar cada cucharada de alimento era como si cada una pasara también su pasado. Han sido víctimas de su propia trampa. Un mal que las llevó al mundo de la calle, las drogas, el alcohol, su refugio durante mucho tiempo, pero ahora con el amor y la ayuda que les brindan en la Secretaría Distrital de Integración Social son mujeres con muchas ganas de surgir, porque no hay imposibles para una persona motivada.

Todo este espacio lleno de cariño fue gracias a Kathleen y Ross una pareja de extranjeros que llegaron a Colombia hace un año a proyectar sus sueños pero también su corazón. Kathleen atendió a nuestras invitadas de honor como unas reinas. Al final hasta torta y brindis hubo. Una mesa exclusiva las esperaba, en medio de un lugar lleno de naturaleza, luz y armonía, degustaron un delicioso plato cocinado especialmente para ellas.

Durante la celebración nuestras chicas hicieron el papel de reporteras. La curiosidad de saber más de Kathleen por su idioma fue más grande. Le preguntaron de ¿dónde era?, ¿hace cuando vive en Colombia?, ¿cómo es su país?, ¿cómo se conocieron con Ross? Todas obtuvieron respuesta y le prometieron que las próximas en invitar el almuerzo iban a ser ellas. Entre risas y preguntas estas madres pasaron un rato agradable que, como decían ellas, hace mucho no pasaban, un almuerzo en familia pero sobre todo un rato con personas que les brindan su respeto y afecto sin rechazarlas.

Con lágrimas y el corazón en sus manos agradecieron a la Secretaria de Integración social y al restaurante por celebrarles y no abandonarlas nunca.

Ellas ahora pueden celebrar el mes de las madres pero también tres años de una nueva vida después del Bronx, porque es muy satisfactorio ver como los sueños y las ganas de salir adelante de estas mujeres, es más grande que su pasado.

Actualmente tienen en su pensamiento trabajar y darles una mejor calidad de vida a sus hijos. “Así como han perdido, también han ganado”, dijo Paula Andrea al finalizar una tarde maravillosa.

 
 
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Exhabitantes de calle rehabilitados se podrían convertir en monitores para prevenir drogadicción

 

 
Bogotá, mayo 31 de 2019. Teniendo como escenario el polideportivo Eduardo Santos, niños, niñas, personas mayores y exhabitantes de calle de las localidades de Los Mártires y Puente Aranda, le cumplieron la cita a la estrategia de Integración en Acción, que en su versión 18 se cumplió en Bogotá, con la presencia de la secretaria de Integración Social, Cristina Vélez Valencia y su equipo directivo.

La estrategia, como espacio de diálogo y de encuentro entre la comunidad y la entidad, ha permitido que los líderes, beneficiarios de programas, ciudadanos y organizaciones sociales, expresen sus inquietudes, planteen los principales problemas que los afectan y presenten propuestas de solución desde sus experiencias y conocimiento, con el fin de contribuir a mejorar los servicios que se prestan en toda la ciudad.
 
 
 

En esta ocasión el turno fue para las localidades 14 y 16, que cuentan con el mayor número de habitantes de calle asentados en estos dos sectores, 2222 (1.750 mártires y 472 Puente Aranda), de acuerdo con el último censo del DANE. Temas como vejez e infancia, también hicieron parte del diálogo ciudadano.

Los exhabitantes de calle de las dos localidades no solo reflexionaron sobre la situación por la que han atravesado durante muchos años, sino que se atrevieron a hacer propuestas para contribuir y acabar con este grave flagelo en la ciudad, la prevención y tratamiento del consumo de sustancias psicoactivas, la convivencia ciudadana y la atención básica de los servicios que les presta la Secretaria de Integración Social.

Como respuesta, la secretaria, Cristina Vélez, les informó que, conjuntamente con el Ministerio de Salud y la secretarías de Salud y Educación, se adelantarán unas mesas de trabajo, con el propósito de acordar una estrategia que les permita llegar directamente a los colegios y continuar previniendo el consumo de sustancias psicoactivas.

Sobre el pedido al fortalecimiento de la recreación y las actividades en parques, con el propósito de ocupar el tiempo libre de los jóvenes para evitar que caigan en el consumo de las drogas, Cristina Vélez, destacó como la administración del alcalde Enrique Peñalosa ha construido y recuperado diversos espacios deportivos por todo la ciudad, con el fin de contrarrestar este flagelo.

Con respecto a la disposición de los exhabitantes de ayudar no solo a la población que se encuentra en calle y consumen drogas, se anunció la creación de grupos de voluntarios de exhabitantes, como ‘Monitores de prevención’ para que lleguen directamente a las instituciones educativas públicas y privadas y cuyo plan piloto ya se inició en la localidad de Los Mártires.

“En Bogotá hay más de 1700 escuelas y colegios, e igual número de personas rehabilitadas, podrían estar cumpliendo esta función”, destacó el subdirector para la adultez de la SDIS, Daniel Mora. A esto se sumaría el diseño de estrategias para la prevención de la habitabilidad en calle y el consumo de sicoactivos enfocado en los colegios.

Se acordó de igual forma la articulación de ofertas desde los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC), en formación y empleabilidad para quienes terminen procesos y cumplen con el perfil, generar espacios de discusión sobre el abordaje del consumo de sustancias psicoactivas y la articulación con empresarios para la inclusión social y la generación de empleo entre otros.

Los participantes no solo propusieron y plantearon sus inquietudes, sino se atrevieron a presentar una obra de teatro de arte circense, como parte del proyecto de escuela itinerante de ‘Circo Semilla: sembrando resistencia’, que busca a través de la experiencia artística transformar sus hábitos y conductas así como disminuir la ansiedad por medio del buen aprovechamiento del tiempo libre, el arte como medicina y liberación para sus vidas.

Niños, niñas y personas mayores, ‘toda una rumba’

Sin importar el frio mañanero, antes de iniciar el diálogo ciudadano la alegría se apodera de los participantes, quienes al ritmo de la música no dudan en salir al frente del escenario a mostrar sus habilidades de bailarines.

Con el contoneo de sus caderas, la fiesta la inician los niños y niñas de los centros amar I y II de los Mártires y las personas mayores que reciben los servicios de los centros día de las dos localidades. Después de media hora de baile, regresan a sus asientos y ‘enfilan sus baterías’ para hacer las propuestas que consideran mejorarán los servicios que les brinda la secretaría de integración social.

Desde la ampliación y mejoramiento de sus centros para actividades artísticas y culturales, hasta salidas pedagógicas y recreativas que incluyan servicio de transporte y la dotación de elementos musicales y bibliotecarios entre otros, solicitaron los niños y niñas y que llevó a la entidad a anunciarles el mejoramiento de la fachada del centro Amar II, la disposición de un muro para los grafitis, la entrega de libros, gracias a una donación de la editorial Villegas y la consecución de instrumentos musicales.

En los jardines infantiles de la Secretaria se realizarán encuentros entre unidades operativas con la presencia de padres de familia con quienes se compartirán experiencias, se retomará la escuela de padres y se programarán jornadas lúdico-recreativas, entre otras.

Las personas mayores, no solo destacaron los beneficios que reciben de la entidad, sino mostraron su satisfacción por los anuncios hechos por la Secretaría, entre los que se destacan el convenio con el SENA para estudiar artes gráficas, la ampliación de las jornadas lúdico recreativas en los centros día, salidas pedagógicas por los sitios de interés de la ciudad, articulación con la empresa privada para capacitaciones y la utilización de un predio en la localidad de Los Mártires, que será entregado en los próximos meses, para la realización de una huerta que les permita ocupar el tiempo libre y tengan unos ingresos con los productos resultado de la siembra.

La nueva cita en cumplimiento a la estrategia Integración en Acción, será a finales del mes de junio con los habitantes de la localidad novena de Fontibón.

 
 
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Exhabitantes de calle, potencia laboral: así piensan participantes de las mesas temáticas de Puente Aranda y Los Mártires

 

 
Bogotá, mayo 28 de 2019. Niños, niñas, personas mayores y exhabitantes de calle de las localidades de Los Mártires y Puente Aranda, se convirtieron en los protagonistas de las mesas preparatorias para el diálogo ciudadano de la estrategia de integración en acción, que se cumplirá el próximo 30 de mayo entre la comunidad y la secretaria de Integración social, Cristina Vélez Valencia.

En las mesas se trataron tres temas claves para estas localidades: Primera Infancia, Vejez y Habitabilidad en Calle, enfocados en la prestación de los servicios sociales y los programas que desarrolla la Secretaría en estos dos sectores céntricos de la ciudad.

Los participantes fueron muy dinámicos, no sólo identificaron problemas, sino que propusieron soluciones concretas sobre cómo superar debilidades y cómo fortalecer los programas y los lazos entre la comunidad y la Secretaría.

Los exhabitantes de calle no solo reflexionaron sobre la situación por la que han atravesado durante muchos años, sino que se atrevieron a hacer propuestas para contribuir a acabar con este grave flagelo en la ciudad, la prevención y tratamiento del consumo de sustancias psicoactivas, la convivencia ciudadana y la atención básica de los servicios que les presta la Secretaría de Integración Social.

Para Julio Ospina, un hombre de 80 años, con muchos en la calle, y hoy recuperado, brindar ayuda a los que él llama ‘Sus hermanos’ es primordial. “Destaco el que existan esta clase de reuniones y considero que todos los exhabitantes, quienes se están recuperando pueden trabajar en la Secretaría de Integración Social, porque conocen la calle. Son sistemas diferentes de día y de noche. Ellos pueden trabajar y así evitamos que ese diablo se nos meta. Lo que se requiere es que haya corresponsabilidad”, resaltó.

A Julio se unieron otras voces, quienes después de apoyarse en sus experiencias, pidieron no solo ser escuchados sino que se les brinde la oportunidad laboral como Ángeles Azules de la Secretaría de integración social, no sólo para culminar un proceso satisfactorio, sino para llegarle a sus compañeros, quienes están aún sufriendo este flagelo. “Nosotros les sabemos llegar, porque conocemos sus desgracias, vivimos las mismas situaciones y sabemos que nos escucharan”, destacaron.

Ellos también solicitaron ampliación de los servicios en procesos educativos con el SENA que les permita contar con las suficientes herramientas para poder encontrar un empleo “y como mujeres”, dijo una de las participantes. Pidieron más igualdad entre hombres y mujeres y así lograr un diploma como profesionales y lograr oportunidades de trabajo.

Se preguntaron si la comunidad está realmente dispuesta a participar activamente en la prevención de la habitabilidad en calle y por qué en la ciudad los hijos y nietos acceden tan fácil a las sustancias psicoactivas especialmente en colegios y universidades.

Destacaron la necesidad de más campañas de prevención sobre las drogas en los colegios y en lo que resta de la actual administración. Quieren que se deje estructurado un mecanismo mediante el cual se defina unas metas evaluables cada seis meses en lo que respecta a programas de prevención de consumo de drogas y de atención a población que consume. Dijeron que sería importante: “lograr que no existan habitantes de calle presos de la drogadicción y víctimas de los expendedores de drogas y que sean apoyados con proyectos productivos por medio de las alcaldías locales”.

Es necesario, dijeron, que los servicios de psicología estén más activos en todos los espacios escolares y prevenir más los embarazos en los adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual.

Por su parte Wilson Rodríguez y Orlando Cortés, miembros de la junta de acción comunal del Voto Nacional, destacaron que no se debe hablar de prevención cuando el hecho se ha dado, sino prevenir antes de. “La regulación parte de ustedes y de nosotros. Como humanos discutamos si la prevención es una cuestión política que hay que cambiar por la acción participativa de quien ya consume y que no es un factor sobrante de la sociedad”, aseguró Cortés.

Resaltaron que el abordaje del tema de sustancias psicoactivas se debe hacer con mayor énfasis en prevención, cómo nos autorregulamos y como sociedad, cómo podemos entre todos trabajar el tema.

Finalmente Orlando Cortés dijo que debe existir coordinación interinstitucional tanto a nivel distrital como nacional, “toca mirar hacia donde se debe identificar el arraigo familiar de los consumidores. Los habitantes de calle en su mayoría son de distintas regiones del país y la parte afectiva es fundamental y que bueno en coordinación se pueda buscar el arraigo de estas personas. Es decir, que terminen donde están sus familias”.

De igual forma y a través de la pintura y la escritura, los niños del Centro Amar I y II de Los Mártires pudieron expresar sus gustos e inquietudes sobre los servicios que reciben y no dudaron en pedir, con el fin de lograr mejoras en los servicios, la ampliación y mejoramiento de sus centros para actividades artísticas y culturales, salidas pedagógicas y recreativas que incluyan servicio de transporte y la dotación de elementos musicales y bibliotecarios entre otros.

En Puente Aranda en la mesa preparatoria para el desarrollo integral desde la gestación hasta la adolescencia, las participantes se mostraron partidarias de actividades lúdico- artísticas a través de tardes de talentos, y que dentro de los esquemas pedagógicos se incluya la enseñanza de idiomas como el inglés.

Las personas mayores pidieron a la administración el poder asistir más tiempo a los centros día, que se amplíen los cupos, capacitaciones productivas a través del SENA, acceso al capital semilla con proyectos productivos y trabajo para las personas mayores que participan a los centros día y noche, alfabetización, salidas pedagógicas y recreativas y un mayor control sobre las personas que reciben servicios y cuentan con los recursos para subsistir y no lo necesitan

Luego de estas mesas se realizará este 30 de mayo el diálogo ciudadano, donde los y las líderes de cada mesa temática conversarán con la secretaria de Integración Social, Cristina Vélez. Aquí se responderán las preguntas y se priorizarán las propuestas de los ciudadanos. 

 
 
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‘Ángel Azul’, madre y líder, quien motiva a los habitantes de calle a través de la música y el arte

 

 
Bogotá, mayo 24 de 2019. Tatiana Andrea Ortiz García, es madre de dos hermosas hijas, cantante y artista desde el primer momento que nació, según asegura. Debido a los genes que lleva en la sangre, donde artistas, músicos, actores, bailarines y cantantes hacen parte su numerosa familia la cual reúne tíos, tías y su padre, un maestro en el teatro y formador de su vida.

Hoy, Tatiana es un ’Ángel Azul’ y actualmente la madre adoptiva de 300 habitantes de calle, quienes a diario asisten al hogar de paso ‘Cr 35’ de la Secretaría Distrital de Integración Social y quienes buscan buenos consejos, orientación y una mano que los guíe a conquistar esos sueños personales, así como lo ha logrado nuestra ‘Ángel Azul’.

Desde muy pequeña fue aprendiendo parte de su vocación por la labor social, la cual heredó de su padre y madre quienes entregados al teatro y el amor de casa, crearon un show de ‘Clown’ y en compañía de Tatiana a una edad muy pequeña, la iban llevando de camilla en camilla en algunos hospitales y clínicas en diferente ciudades del país, contagiando de alegría a cientos de niños y niñas con enfermedades terminales o quemados por el uso de la pólvora y para quienes una sonrisa en sus rostros les cambiaba la vida así fuera por unos segundos de función.

“La adolescencia me trajo consigo esa parte artística en donde incursiono en la música como cantante. Todo gracias al impulso de mis padres y familia. Siendo la hermana mayor de tres mujeres, requería poder brindarles un mejor ejemplo. A la música llego a la edad de 14 años y finalizando mis estudios del colegio, mi padre decide que debo continuar en con mi carrera profesional y así inicio como estudiante en Trabajo Social, profesión que me fue enamorando de la vida y por poder ayudar a otras personas, recordando un poco esos consejos que mi padre me decía cuando pequeña”, asegura Tatiana quien se toma unos minutos de silencio para recordar esas hermosas enseñanzas de su familia.
 
 

La ‘Rockobanda’, ‘Tercer Compás’, ‘Orellana Músic’ son algunas de las agrupaciones en donde Tatiana canta y alegra a cientos de personas que asisten a sus presentaciones los fines de semana y en aquellos horarios extras donde saca tiempito luego de su labor diaria en el hogar de paso. ‘Rock’ y ‘Balada Pop’ son los géneros que más le gusta interpretar. “Subirme a una tarima, cantar la primera canción, sigue dando nervios en todo el cuerpo, siempre será como la primera vez y esa adrenalina y esa pasión por la música a través de mi voz hacen poner a cantar al público”, comenta Tatiana quien no niega la emoción que le produce hablar de su segunda carrera, la música.

Arte y música, una verdadera motivación para la vida.

Durante más de 14 años ha venido combinando su pasión entre las tarimas y su lado social con la gente y en especial aquellas que más lo necesitan. Llegó a la Secretaría de Integración Social como trabajadora social. Primero en las acciones diarias con los habitantes de calle, entre ellas la oferta de servicios con el equipo de contacto activo. Luego el ejercicio de su profesión la llevó a trabajar con niños, niñas y finalmente un paso por acciones dirigidas a la población con discapacidad.

“Recuerdo que la búsqueda de los ciudadanos habitantes de calle y la opción de brindarles un cambio de vida era la única misión del día. Mi parte artística también me llevó a adelantar actividades culturales dirigidas a ellos y en donde creo que a través del arte se generan grandes motivaciones para que una persona abandone el consumo de drogas y retome sus sueños y los proyectos que dejó atrás”, resalta Tatiana.

Ahora ella tiene a su cargo la coordinación de un Hogar de paso para habitantes de calle. Su día inicia, primero dejando lo quehaceres de la casa y la responsabilidad que como madre tiene para con sus dos hijas. “Mi hija también canta conmigo, ha aprendido de mí esa pasión por la música y me ve como su gran ejemplo de vida. Interpretamos canciones juntas y disfrutamos de algunos eventos que compartimos en tarima. Mis hijas también me acompañan a muchas cosas que hago en lo social y aprenden mucho sobre la prevención al consumo de drogas y el daño que puede dejar en tu vida”, menciona Tatiana.

Luego de sus acciones en casa, se convierte en la líder y madre de sus nuevos hijos adoptivos como ella misma menciona, refiriéndose a los habitantes de calle, quienes a diario reciben el servicio en el centro de atención, y que esperan allí en ese lugar, encontrar todo tipo de ayuda que los aleje del consumo y la habitabilidad en calle.

Tatiana también tiene a su cargo más de 70 ‘Ángeles Azules’ los cuales hacen parte de su equipo de trabajo diario y la mano derecha de esas acciones que se vuelven realidad y cumplen los sueños y metas de muchos habitantes de calle que confían en ellos.

“Ahora el centro de atención todos los días tiene una cara más artística y cultural, llegamos con canciones en la mañana, batucadas musicales, hacemos teatro, actividades de integración y confiamos en que el arte nos da una alegría en los rostros, hace parte de nuestra vida diaria y logrará que los habitantes de calle se motiven todos los días a esa nueva vida que han decidido tomar”, destaca Tatiana Andrea.

Ella por su parte, seguirá como madre de tantos hijos adoptivos. Como una vez su padre le enseñó, dará todo de sí para apoyar y lograr esos sueños y metas que tantas personas buscan en los ‘Ángeles Azules’. Sigue ensayando en sus tiempos libres y los fines de semana entrega lo mejor de su voz y pasión por la música en cada tarima a donde es invitada. Como es de costumbre no deja de ‘tararear’ esa canción titulada ‘Cenizas’, un tango que remembra mucho a su abuelita, una mujer luchadora, alegre e independiente que disfrutó tanto como ella ahora lo hace. Tatiana sigue todos los días llevando esa música a cada rincón del mundo y ahora más que nunca, logrando poder cumplir los sueños de muchos que lo necesitan. 

 
 
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Costuras y diseños que le apuestan a la esperanza, el amor y los sueños lejos de las drogas

 

 
Bogotá, mayo 6 de 2019. Íngrid Mireya Ramírez afirma que la pérdida tan temprano de su madre y una decepción amorosa, fueron las razones más relevantes que la llevaron a tocar lo más profundo del mismo “infierno de la droga”.

Ella tiene actualmente 29 años. A partir de los 11, la vida le cambió cuando murió su mamá. A pesar de continuar con sus estudios y presentar las mejores notas académicas, llegaron las amistades que no trajeron más que malos caminos y decisiones que marcarían su vida para siempre.

Las calles y el primer ‘porro’ de marihuana le dieron la bienvenida a un rumbo sin salida en las drogas. “Empecé a fumar, nadie me dijo o me enseñó, yo compraba el moño, yo lo pegaba, yo la conseguía. Luego vinieron otras drogas que iban cumpliendo con esa satisfacción mental y sensorial que necesitaba”, menciona Íngrid.
 
 

En el ir y venir por las calles, conoció una chica que le gustó mucho y a quien empezó a ‘caerle’ como dice ella, refiriéndose a hablar con ella y enamorarse por completo. “Esta mujer era mayor que yo, tenía algunas cosas malas de la cuales fui aprendiendo”, dice Íngrid tratando de recordar algo de ese pasado.

Su paso por las calles la llevó al ‘Bronx’ en donde fuera de consumir, consiguió algo de trabajo. “Si trabajo se puede decir cuando te encargas de armar moños de ’bareta’ para vender”, menciona Íngrid.

Aunque en su momento el bazuco no la motivaba a fumar, si vendrían para ella momentos difíciles en su relación afectiva que finalmente la llevarían a fumarse ese primer cigarro que dio inicio a la perdición total en la droga.

Del ‘Bronx’ quedaron muchas historias y situaciones terribles que observó y escuchó, las cuales no le desea a nadie vivir en persona. Allí el horror de la muerte, las violaciones, el maltrato y demás situaciones inhumanas eran la constante que tenía que afrontar pero de las cuales solo el silencio era el mejor aliado en ese lugar.

“Tuve una pelea con mi pareja y eso me llevó al desespero. No sabía fumar bazuco pero mi tristeza me llevó a probarlo, de ahí en adelante, solo quería soplar y soplar todo el tiempo porque eso me hacía olvidar de mi ‘traga’, y yo no quería saber más de esa relación”, dice.

Así pasaron 6 años en el consumo. Su cuerpo deteriorado y maltratado por vivir en la calle, le pedía a gritos parar con tanta droga. Hasta que un día, como ella afirma, desde el cielo llegaron los ‘Ángeles Azules’ a su vida.

“De ellos se escuchan muchas cosas en la calle, que son un grupo de personas que hablan con los habitantes de calle y nos ‘terapiaban’ es decir, nos insisten a dejar la vida que se lleva en el consumo y nos invitan a dar el paso para volver a empezar un nuevo camino. Pues ese día, me tocó el encuentro con los ángeles, y así darle fin a tanta esclavitud en la droga”, recuerda Íngrid quien se toma un segundo para reflexionar y agradecer por el cambio de vida que tiene actualmente.

Ese día, aceptó la invitación a los hogares de paso. Inició en el IDIPRON en donde retomó de nuevo su aseo diario, algo que había dejado atrás por mucho tiempo. Aprendió nuevos hábitos de vida y entre ellos decidió retomar algo de estudio. De ahí la vinculación a un curso inicial en marroquinería el cual le llamó la atención.

“Aproveché, me inscribí y pues empecé a cortar telas, manejo de máquinas como collarina y tres agujas, enhebrado de hilos, manejo de pedal, utilización de agujas y diseño, entre otras cosas. Me gustó tanto este oficio que ahora me divierte y me da herramientas para seguir adelante”, resalta.

Cerrando heridas

Íngrid Mireya, hoy mayor de edad, está vinculada al Centro de Atención Transitorio de la Secretaría de Integración Social en donde lleva un proceso de recuperación personal con el acompañamiento psicosocial y cada día aprendiendo más para su nueva vida, a través del Centro de Desarrollo de Capacidades, un espacio para el fortalecimiento a nivel educativo, en donde los exhabitantes de calle, en proceso de recuperación, adelantan formación en artes y oficios brindando herramientas importantes para la inclusión social y laboral.

Allí Íngrid Mireya se vinculó a los cursos actuales y sigue reforzando sus conocimientos en el arte de la marroquinería, gracias al proceso de aprendizaje que adelanta el SENA en el hogar.

Actualmente, el Centro de Desarrollo de Capacidades tiene cursos de formación para ciudadanos habitantes y exhabitantes de calle, quienes reciben los servicios en los centros de atención de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Para este segundo bimestre del año, se da inicio a los cursos de marroquinería a través del aula móvil la cual es una estrategia del SENA para poder llevar procesos educativos en diferentes lugares. Así mismo, se realizan talleres en mantenimiento de bicicletas, limpieza y mantenimiento de superficies, soldadura, sistemas y capacitación para labores en Call Center.

Alrededor de 150 beneficiarios, se vinculan a los procesos de formación, en donde reciben una formación académica con una intensidad horaria, de 20 a 40 horas, la cual incluye práctica y teoría.

“En el taller de marroquinería, en donde Íngrid está vinculada, se adelantan acciones como conocimiento y parámetros de diseño, patronaje, corte y ensamble de elementos con materiales textiles y cueros. Colocación de herrajes y conceptos de calidad”, resalta Viviana Izquierdo, promotora social del Centro de Desarrollo de Capacidades y quien acompaña el actual proceso de Ingrid Mireya.

Íngrid continua muy feliz en su proceso. Las relaciones familiares se van afianzando. La mente y el cuerpo, sanando las heridas del pasado están dispuestos a recibir todos los proyectos y metas que ahora se asoman en el camino. La costura y la marroquinería es la motivación constante para ella quien espera conseguir un trabajo relacionado con esta área y poder crear muchos diseños que vayan a la vanguardia de la moda.

 
 
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María Elsy, la mujer a la que el amor le salvó la vida y la sacó del infierno

 

 
Bogotá, mayo 2 de 2019. María Elsy Mendivelso nació el 6 de julio en Bogotá en 1973. Salió a la edad de 11 años, de su casa, porque la maltrataban mucho. Sus padres la abandonaron desde muy pequeña y siempre vivió con una hermana de su abuelita. Estuvo allí hasta los 9 años de edad.

Llena de sueños y de ilusiones, creyendo que sería muy fácil vivir sola, de allí se escapó y se vino a trabajar en casas de familia en la ciudad de Bogotá. No le gustó ese trabajo, dice María Elsy, porque le pegaban, la maltrataban y no le pagaban. Se empezó a dar cuenta que esta ciudad era un lugar hostil lleno de gente sin corazón.

Debido a esta situación, María Elsy tomo una fatal decisión, habitar la calle’. Una amiga le habló de la calle le dijo que allí sería libre, que no tendría que trabajar para nadie y que ella la cuidaría.

Fue así como empezó a consumir pegante porque su una amiga le dijo que era la única forma de sobrevivir en ese mundo. En medio de su locura por el consumo desmedido del pegante tuvo una pareja, el cual también era habitante de calle. Tuvieron 2 hijos. El primero fue a los 14 años de edad. Debido al consumo de pegante y a ser habitante de calle, en el sector del puente de la 127, se los quitó el ICBF. Las personas, quienes se llevaron los niños en medida de protección, le dieron la oportunidad de ver sus hijos por unos meses.

Sin embargo, a causa de su adicción y de no tener mejoría, por el contrario ingresó al oscuro mundo del consumo de bazuco, el ICBF decidió, por el bienestar de los niños, cancelar sus visitas. Por ello nunca más volvió a verlos ni a saber de ellos. Ya sumida en el bazuco, se refugió en los brazos de un hombre, el cual era de buena familia, quien también, al igual que ella cayó en este oscuro mundo de extraña libertad.

Con él tuvo otros dos hijos. Un niño y una niña los cuales trató al máximo de defender y tener bien. Sin obtener mejores resultados que con sus otros dos hijos, también fue encontrada por el ICBF debajo del puente de la Sevillana, donde aparte de consumir pegante, ya consumía también bazuco. Nuevamente tomaron sus dos hijos en medida de protección.

Ella fue a buscar a sus hijos y preguntó también por los dos que anteriormente ya había perdido. En el centro zonal le dijeron que sus hijos mayores ya fueron adoptados por una familia que los ama y les dio lo mejor. Producto de ese dolor tan grande que sintió en el momento, con su corazón roto en mil pedazos y con su cabeza llena de vicio, decidió perderlo TODO. No regresó nunca más a preguntar por sus hijos y se refugió cada día más y más en el profundo abismo del bazuco.

Un día como cualquier otro de su ya desdichada existencia, llegó como un ángel a rescatarla el padre García Herreros, quien la llevo para ‘Vía libre’, para empezar su proceso de rehabilitación y realizarle posteriormente exámenes. Al mes le realizaron pruebas donde se dictaminó que estaba libre de drogas, por lo que fue llevada al centro ‘El Camino’ donde inicio su proceso “en forma”. Desde ese día Elsy inició una nueva vida donde descubrió la magia de ser libre, donde comenzó a reconstruir su vida, a llenar los vacíos que tenía, a sanar sus heridas para poder continuar el largo y espinoso camino de la vida.

Entre talleres y actividades del centro El Camino conoció a su compañero Armando Gómez, con quien tuvo afinidad desde el principio. Empezaron a hablarse todo el tiempo, compartieron sus experiencias de vida, vivieron lo más duro que fue la rehabilitación y recuperación, siendo solo amigos. Poco a poco comenzó a nacer en sus corazones un sentimiento que no sabían cómo expresar, sin embargo, con el pasar de los días este fue creciendo y fue el aliciente de ambos para continuar en su proceso de recuperación de la adicción.

Cuenta Elsy que un día en medio de un taller, los compañeros los ‘sapearon’ con los profesores. Ellos se pararon y confesaron su amor, por ello no podían seguir en el centro y fue entonces cuando decidieron que ya era hora de partir. Luego de ocho meses de proceso de recuperación se fueron a vivir juntos, ya que Armando ya estaba trabajando. Se fueron a vivir a una piecita sin muchos lujos pero con todo el amor del mundo.

Los profes de ‘El Camino’ les hicieron un ‘casa-shower’ para apoyarlos y hacer que su inicio fuera un poco más amable. Ya llevan ocho años viviendo juntos y dice Elsy que ha sido maravilloso. Aunque han tenido altibajos, es normal ya que esto forma parte de la vida. Hace dos meses Armando le propuso matrimonio y ella encantada dijo que sí. Están realizando las vueltas para casarse.

Elsy dice que uno sí puede ser feliz. Que uno sí se recupera y puede siempre empezar de nuevo, que aprendió que el amor puede salvar una vida que ya estaba perdida, es así como esta exhabitante de calle recuperó sus ganas de vivir y ahora está buscando a sus hijos.

Vive eternamente agradecida con la Secretaría de Integración Social por el apoyo, el amor, la paciencia y sobre todo por brindarle la oportunidad de salir de su infierno, por brindarle la posibilidad de conocer un hombre maravilloso, para que llenara de luz y color sus días y juntos poder salir adelante con la ayuda de Dios, juntos avanzar hacia la vejez cogidos de la mano, sin miedo a enfrentar una sociedad que injustamente los señala en algunas ocasiones y mutila su deseo de ser cada día mejores personas. 

 
 
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Luis Carlos, el exhabitante de calle que cambió el ‘carro’ y la pipa, por el azadón y la pica

 

 
Bogotá, abril 11 de 2019. Luis Carlos Mahecha Castillo, ya no piensa en buscar el vicio o habitar la calle. Ahora dedica el tiempo y concentra sus pensamientos para culminar con éxito el actual proceso de recuperación personal que inició hace ya más de 16 meses; fecha en la que puso fin a la mala vida que llevaba en la calle.

Hoy con una mirada más clara de su futuro, invierte el tiempo al aprendizaje y trabajo en el campo, al cultivo de alimentos, el cuidado de animales y todo lo que el ‘agro’ le ofrece actualmente en su paso por el nuevo hogar comunidad de vida ‘Granja Integral’ de la Secretaría Distrital de Integración Social, y la cual está ubicada en el municipio de Sasaima (Cundinamarca).

Allí se brindan más herramientas para los procesos de recuperación personal a los ciudadanos habitantes de calle, quienes deciden vincularse a los servicios del Distrito.

Luis tiene 36 años. Nació en la ciudad de Armenia en donde pasó tranquilamente la mayor parte de su niñez, rodeado por el cariño de los abuelos, padres y hermanos. Lastimosamente la adolescencia le llegó a su vida con las malas compañías que lo fueron alejando de ese afecto familiar y finalmente lo llevaron a abandonar su hogar y vivir en las calles, rodeado por la delincuencia y acciones por las cuales hoy en día, como él mismo afirma, pide perdón y desea que nunca jamás retorne a esos pasos.
 

Hace dos años viene haciéndole el ‘quite’ a la droga y a la calle. Luego de algún tiempo vagando, de un lugar a otro por toda Bogotá, conoció varios sitios de expendio y visitó el ‘Bronx’, en algunas oportunidades, pero no vivía allí.

“Muchas veces, por andar metido con el ‘bazuco’, hasta olvidaba cuando la noche nos azotaba con fuertes lluvias. Yo en mi ‘traba’, ni me daba cuenta hasta el otro día que despertaba y me sentía muy mojado. Ahí tocaba aprovechar el poco sol que hacía para secarme y pues afrontar las gripes y enfermedades que dejaba el paso de las noches frías y lavado todo el cuerpo”, comenta Luis Carlos, recordando aquellas situaciones en la calle.

Por esos andares de la vida se encontró a los ‘Ángeles Azules’ en un sector del centro de la ciudad capitalina. Asistía a los hogares de atención solo para bañarse y ‘motilarse’ el pelo pero no tenía interés en hacer algo más por su vida.

Luego de muchos intentos, finalmente decidió continuar con un proceso serio, según él comenta, y se vinculó al hogar de paso ‘Bakatá’ en donde retomó sus hábitos personales, volvió al estudio y a dialogar con sus familiares.

Con el fin de avanzar en su proceso de recuperación aceptó continuar y ser trasladado a la comunidad de vida ‘Granja integral’, para ampliar más su formación y crecimiento personal.

Cultivando sueños para una vida renovada

“La vida en el campo es más sana y tranquila, alejarme de ese entorno del vicio, delincuencia y malos consejos que se perciben en la ciudad me ayudan cada día a continuar exitosamente con mi proceso”, comenta Luis Carlos mientras va adelantando tareas en la siembra de hortalizas y el cuidado de cultivos.

Todos los días se levanta antes de asomarse el sol en la finca. Toma una ducha rápida y con una bebida caliente va recargando fuerzas para el inicio de la jornada. Como buen hijo de tierras cafeteras, siempre estuvo rodeado por ese fresco aroma de un buen amanecer en el campo.

Junto con otros compañeros exhabitantes de calle Luis Carlos se dirige hacia la huerta. Él tiene a cargo varias actividades, que con responsabilidad y dedicación debe cumplir. “Pensar en hacer algo por mi vida es muy motivante. Levantarme y hacer actividades del campo, compartir con amigos que están haciendo un proceso como yo, que tienen sueños y metas, es lo mejor que me puede pasar ahora en la vida”, resalta.

Luis Carlos aprende a arar la tierra. Adelanta tareas en temas de porcicultura y agricultura en la granja. Se dedica a la siembra de arveja, maíz, arracacha, plátano y a toda la parte de cultivos hidropónicos relacionados con plantas medicinales y ornamentales como lechuga, cilantro y aromáticas. Temáticas que aprendió gracias al acompañamiento que lleva con profesionales de la rama como ingenieros agrónomos, zootecnistas, veterinarios, técnicos y operativos agropecuarios, todos ellos vinculados a la Comunidad de Vida.

“Los exhabitantes de calle beneficiarios de la ‘Granja Integral’ reciben dos jornadas de formación. En la mañana adelantan prácticas en cada espacio de la finca y en la tarde reciben información teórica. Durante el día los ciudadanos vinculados al hogar tienen un acompañamiento en las diferentes áreas como: psicología, pedagogía y terapia ocupacional, todas ellas relacionadas con las labores en el ‘agro’. La granja cuenta con espacios de piscicultura donde se adelantan acciones en la crianza de mojarra y cachama. Áreas de porcinos la cual cuenta con cuatro cerdos de engorde. Galpones con más de 200 pollos de crianza y engorde. Bovinos como vacas, terneros y cabras”, describe Linda Johana Beltrán, psicóloga de formación y coordinadora de la comunidad de vida ‘Granja Integral’.

Luis Carlos actualmente vive feliz en su hogar temporal. Todos los días de nuevo habla con sus familiares y espera la oportunidad de reunirse lo más pronto posible con ellos, pero esta vez para siempre y alejado de las drogas que tanto daño le han hecho a su vida. Inició de nuevo clases validando los estudios que dejó atrás muy joven. Piensa ahora que con formación académica y herramientas para el trabajo, ya sea en el campo o en cualquier lugar, podrá seguir adelante cultivando nuevos sueños para su vida.

 
 
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Granjas agropecuarias: donde se siembran esperanzas para exhabitantes de calle

 

 
Bogotá, 9 de abril de 2019. Aprendizaje en oficios agropecuarios, aprovechamiento del campo y las diferentes opciones como la siembra de cultivos y el cuidado de animales, son algunas de las opciones que 100 exhabitantes de calle, en proceso de recuperación, reciben en el hogar comunidad de vida ‘Granja Integral’.

Continuando con la ampliación en la oferta de servicios para los habitantes de calle en la ciudad capitalina, haciéndolos más atractivos para esta población, la nueva comunidad de vida ‘Granja Integral’, está ubicada en el sector de Sasaima - Cundinamarca, el cual brinda el mejor clima tropical para adelantar tareas relacionadas con el agro. Cada exhabitante de calle, vinculado al centro de atención, puede interactuar en dos énfasis que brinda el proceso como son: pecuario y agrícola.

Para la primera opción, el contacto con los animales desde acciones como el alistamiento, alimentación, limpieza de áreas, así como el control de recursos naturales; refuerzan dentro de su proceso personal acciones de hábitos y responsabilidades esenciales al frente de cualquier labor asignada en áreas de avicultura, porcicultura y piscicultura tanto en la producción, cuidado y venta directa de productos; así como el consumo de los mismos al interior del centro de atención.
 

Desde el énfasis agrícola, se trabaja en la preparación de terrenos como huertas y siembra de especies vegetales. Construcción de invernaderos para cultivos hidropónicos. Seguimiento al control de plagas y malezas. Abono de tierra y poda de pasto en los entornos del hogar. Finalmente, la recolección de cosechas, alistamiento y venta o consumo de los vegetales producidos en las huertas.

La responsabilidad, disciplina, control de tareas y manejo responsable de recursos económicos y físicos en todos los procesos internos desarrollados en la Comunidad de vida ‘Granja Integral’, logran que cada día los exhabitantes de calle avancen en la recuperación de hábitos y el crecimiento personal a través del cumplimiento de labores y tareas asignadas.

En la presente administración, 2.323 habitantes de calle han desarrollado procesos para mejorar su vida, de ellos 578 culminaron con éxito logrando alejarse de las calles. 

 
 
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Debido a ola invernal, ‘Ángeles Azules’ refuerzan búsqueda en canales, caños y quebradas para proteger y rescatar a los habitantes de calle

 

 
• Más de 150 ‘Ángeles Azules’ adelantan recorridos, en tres turnos de ocho horas, en diferentes canales, quebradas, caños y cuerpos de agua de toda la ciudad.
 
• La Secretaría Distrital de Integración Social ofrece servicios integrales a los habitantes de calle en 15 centros de atención.

• Se identificaron cerca de 6 puntos críticos, donde existen mayores riesgos para las personas de esta población.

Bogotá, 3 de abril de 2019. Durante la actual ola invernal que se presenta en la ciudad de Bogotá, más de 150 ‘Ángeles Azules’, las 24 horas del día y en especial en los más de 200 cuerpos de agua entre canales, quebradas, caños y ríos identificados en los territorios adelantan búsqueda activa con prevención y oferta institucional a todos los habitantes de calle, quienes habitan estas zonas y en donde pueden exponer su integridad física.

Las jornadas, que continuarán a lo largo de dos meses, se realizan previniendo posibles accidentes que se generen a raíz de los inesperados aumentos de corrientes fluviales en diferentes canales de agua y evitando la permanencia de los ciudadanos habitantes de calle en estos lugares.

Durante los recorridos, los ‘Ángeles Azules’, refuerzan la búsqueda en sitios estratégicos y escondidos, informando a la población habitantes de calle que no deben permanecer en estos lugares, así como invitándolos a asistir a los hogares de paso del Distrito, con el fin de minimizar el riesgo y poder recibir una atención integral con servicios de autocuidado, alimentación, dormitorios y acompañamientos psicosocial.
 
 

Entre los sitios identificados con presencia de habitantes de calle se encuentran los canales Comuneros, Arzobispo, Salitre, así como la riberas del río Tunjuelito’ y cuentas del río Bogotá que atraviesan Engativá y Suba.

Allí no solo se realizan recorridos e identificación de ‘parches’ y ‘cambuches’ cercanos, sino adicionalmente se adelanta prevención con la comunidad sobre la NO permanencia en estos lugares ya que en los últimos días se han presentado crecientes súbitas debido a las fuertes lluvias y en especial en horas de la noche.

En zonas como el Canal Comuneros, en donde se presentan habitantes de calle debido a la venta de drogas, se viene adelantando oferta diaria con más de 20 ‘Ángeles Azules’, trasladando a los habitantes de calle, quienes aceptan voluntariamente asistir a los centros de atención del Distrito.

“En las últimas horas se presentó una situación en donde un habitante de calle fue arrastrado por la corriente de agua en el ‘Canal Salitre’, y en donde el parte oficial lamentablemente indica el fallecimiento del ciudadano por razones de ahogamiento. El Cuerpo Oficial de Bomberos y Medicina Legal adelantaron el rescate y levantamiento del cuerpo sin vida y se espera en las últimas horas el parte de identificación de la persona”, informó Daniel Mora, subdirector para la Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Actualmente, el Distrito se ofrece atención inmediata, en seis hogares de paso con más de 850 cupos diarios en las jornadas día y noche, a los habitantes de calle. Uno de ellos incluye atención carreteros y sus animales de compañía, y otro más a mujeres diversas.

Estos centros se encuentran ubicados en las localidades de Mártires, Santa Fe y Puente Aranda. Finalmente, en la presente administración, 2.323 habitantes de calle han desarrollado procesos para mejorar su vida. De ellos 578 culminaron con éxito su recuperación logrando alejarse de las calles.

 
 
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